Las mafias de Morena

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Luis Eduardo Velázquez Director del diario y semanario digital Capital CDMX

Ciudad de México.- El proceso electoral de la Ciudad de México (CDMX) está en plena efervescencia y para este 2021 la joya de la corona se ha vuelto la demarcación Cuauhtémoc. 

El acaloramiento de los ánimos se vive en Morena por ser el partido en el poder y a partir de sus definiciones se tendrá un panorama claro del resultado del próximo 6 de junio, ya que muchos de los desamparados se van a cobijar en el Frente opositor o los nuevos partidos satélites del morenismo.

Cuauhtémoc es una demarcación jugosa para los negocios políticos y está llena de mafias en la vivienda, lo inmobiliario, en el comercio informal y la venta de droga. 

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Desde que la CDMX se democratizó quedó en manos de René Bejarano con su esposa Dolores Padierna y ellos retuvieron el control hasta 2015, con la llegada de Morena y el zacatecano Ricardo Monreal. 

Monreal fue muy listo al ser alcalde de oposición y al asumir el poder denunciar que la demarcación estaba plagada de mafias y pronto las pudo domar y así logró que en 2018 le dejaran sin líos la plaza tras ser bajado de la contienda por la Jefatura de Gobierno. Desde ahí su enemistad con la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.

Desde el legislativo ahora mostró habilidad para crear una fuerza en la Ciudad que le estropeó a Sheinbaum su juego cuantas veces pudo, por ello, a la Jefa de Gobierno le urge echar a Monreal de la CDMX y para lograrlo es necesario quitarle la joya de la corona.

No obstante, Sheinbaum no pudo ni retener su bastión Tlalpan, que le arrebató por cierto Monreal, y ahora no tiene más remedio que requerir de Bejarano para echar al zacatecano de la capital del país y su jugada es imponer a Dolores Padierna, quien sin duda es un cuadro competitivo y se empalma con la paridad obligada. Se juntaron el hambre y las ganas de comer.

Sheinbaum parecía ir en caballo de hacienda con sus propósitos, sin embargo, el lunes 8 de febrero, cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, regresó a la escena pública, le asestaron un duro golpe al vincular a Bejarano con la mafia de rumanos que opera en Quintana Roo.

Sheinbaum, quien presume honestidad, titubeo en su respuesta aunque al fin metió las manos al fuego por Bejarano. Punto para Monreal al ensuciar a Sheinbaum. La operación de Estado llegó al nivel de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) desligó al esposo de Padierna, sin embargo, el mismo Bejarano admitió que sí conocía a implicados en la mafia y marcó distancia. Esta una vez más exonerado y tiznado ahora con la Jefa de Gobierno.

Bejarano es de pocas palabras y muy cauto en sus movimientos políticos. Habla cuando tiene que hablar y ya salió a decir que no va a pelear con el perro, en alusión a los alfiles de Monreal, el alcalde Néstor Nuñez y Alejandro Rojas Díaz Durán, sino con el dueño de los canes. 

Monreal era lo que buscaba, abrir la mesa sobre Cuauhtémoc y de manera seria. Antes estas disputas en el PRD (ahora Morena) se arreglaban en un lujoso hotel de la CDMX (obviamente en Cuauhtémoc) con café, mentadas de madre, sillazos, portazos y porros, en estos tiempos lo lamentable es que arrastran a instituciones como la UIF, el Instituto Electoral de la CDMX y hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacion.

El resultado de la plaza anidada de mafias será la clave para el ajuste en todas las candidaturas que se prevé estén listas el 17 de febrero. Solo recuerden que en Morena no hay ni plazos ni certeza, más que llevarse a AMLO entre las patas. ¿Qué mafia se impondrá?

NOCAUT. La Jefa de Gobierno confirmó que es un regente más de la CDMX al ir en contra de su decreto oficial (por cierto, norma imperfecta) que señala “el uso obligatorio de el cubrebocas” al permitirle a López Obrador que ande libre sin las medidas sanitarias que exige la ciudad donde gobierna la muerte en tiempos de pandemia. Con la sumisión de Sheinbaum ante el Presidente, léase Rey, se vuelve vigente el “Obedezcase, pero no se cumpla”, como sucedía en la época de los monarcas. En la visión de la regencia es mejor contravenir una política pública que salva vidas, que los mandatos del rey… de la necedad. ¡Abrazos, no periodicazos!

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