
La travesía de Francisco en la CDMX
Ciudad de México.- "Ya aterrizó. TodavÃa falta que lo reciban, esperemos que ya no tarde", comentó una señora a su amiga quien, impaciente, le preguntaba cuánto tiempo más tendrÃan que esperar para ver, un instante, al Papa Francisco.
A diferencia de lo que pasó en la última visita del Papa Juan Pablo Segundo, en esta ocasión, la tecnologÃa se volvió un aliado de miles de personas que se volcaron a las calles y avenidas por donde circularÃa el Papa Móvil.
Ya sabÃan que el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera lo recibieron en el Hangar Presidencial. Que le cantó Cristian Castro. Nada les importaba sólo que llegara el Papa.
Sobre Avenida Insurgentes, las familias enteras, las monjas, las estudiantes de escuelas catòlicas, aguardaban. La vendimia a todo lo que da: banderas por 10 pesos y la foto con un papa de papel por 20 pesos.
Y el momento llegó. Los celulares en lo alto para grabar ese momento fugaz e irrepetible: Francisco los saludó y eso les bastó. Se mostraron satisfechos las miles de personas que se arremolinaron. No importaron los cortes a la circulación ni la afectación del transporte público. Ya habÃan visto al Papa.
Cuanto el avión del Sumo PontÃfice tocó tierras mexicanas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), miles de personas que tenÃan horas en las vallas instaladas ya sea en Hangares o Insurgentes Sur gritaron y aplaudieron: "¡Papa Francisco, Ya eres Mexicano!", "¡De la Sierra Morena, Cielito Lindo ...!".
A diferencia de lo que pasó en la última visita del Papa Juan Pablo Segundo, en esta ocasión, la tecnologÃa se volvió un aliado de miles de personas que se volcaron a las calles y avenidas por donde circularÃa el Papa Móvil.
Los teléfonos celulares permitieron que, a miles de kilómetros del AICM, se tuviera en tiempo real de las actividades de Francisco y calcular cuando podrÃan verlo pasar. Hombres veÃan la transmisión en vivo que estaba en la televisión abierta y las mujeres consultaban las redes sociales.
Ya sabÃan que el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera lo recibieron en el Hangar Presidencial. Que le cantó Cristian Castro. Nada les importaba sólo que llegara el Papa.
Y asà fue, desde temprana hora, y de todos los estados de la República y de otros paÃses: Argentina, Venezuela y gasta Francia, Esperaban el arribo del Santo Padre.
Sobre Avenida Insurgentes, las familias enteras, las monjas, las estudiantes de escuelas catòlicas, aguardaban. La vendimia a todo lo que da: banderas por 10 pesos y la foto con un papa de papel por 20 pesos.
Y el momento llegó. Los celulares en lo alto para grabar ese momento fugaz e irrepetible: Francisco los saludó y eso les bastó. Se mostraron satisfechos las miles de personas que se arremolinaron. No importaron los cortes a la circulación ni la afectación del transporte público. Ya habÃan visto al Papa.
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