Ciudad de México.- El 1 de julio de 2018 la ciudadanía de la Capital CDMX le dio al partido Morena y a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la oportunidad de hacer historia en la Ciudad de México, que se encuentra en una espiral de inseguridad y degradación social.
El partido político del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, arrasó en las urnas y logró tener una mayoría absoluta en el órgano legislativo que con sus aliados del Partido del Trabajo, Verde y Encuentro Social podría ser arrolladora.
Sin embargo, fue tan mala la evaluación de perfiles que llegarían al Congreso capitalino, que las curules quedaron repletas de legisladores en su mayoría inexpertos y muchos otros ambiciosos vulgares sin capacidad de construir acuerdos para iniciar la transformación de la capital del país.
Al concluir el primer año ordinario de sesiones de la primera legislatura, el Congreso, dominado por el triunvirato: Ricardo Ruiz, José Luis Rodríguez y Valentina Batres, los resultados son nulos y sólo han logrado aparecer en la agenda por sus pifias como legislar en pro de los invasores o crimininalizar a las personas que se dedican al trabajo sexual.
En el primer año de labores, los legisladores han navegado entre ocurrencias como obligar por ley a la venta de cervezas tibias o la aberración jurídica de modificar la Constitución capitalina para retrasar el desarrollo progresivo de la ciudad.
Los pocos nombramientos que han salido han sido repartidos al más puro estilo tribal que criticaban del PRD, para cuotas y cuates desde el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de la CdMx hasta la Comisión de Atención a Víctimas capitalina. Los beneficiados han sido los senadores Ricardo Monreal y Martí Batres.
Fue tan pequeña su visión, considerando que tuvieron la valiosa oportunidad de reglamentar la Constitución de la CdMx, que se dedicaron a nimiedades y hasta a repartirse el cúmulo de medallas que otorgan a diferentes gremios con tal de llevarse unas monedas a su bolsa. Los galardones son acompañadas por premios de 50 a 80 mil pesos.
No extraña que los legisladores lucren con su cargo y le salgan muy caros a la ciudadanía, en esta legislatura cada diputado cuesta al año 24 millones de pesos, pero sí ofende que mantengan a la ciudad en rezago y de manera perversa abonen al hundimiento del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Una muestra del desinterés por la ciudad y otro de sus múltiples desacatos constitucionales fue el no expedir la ley para la seguridad ciudadana que según los transitorios de la norma suprema de la CdMx, debería “a más tardar en su primer año legislativo establecer las bases para que las alcaldías convengan con la Jefa de Gobierno la operación de cuerpos de policía de proximidad a cargo de la prevención del delito”. No les importó pese a que al día hay un promedio de cinco homicidios dolosos. Menos cumplieron el compromiso de lograr una Ley de Educación como lo mandata la Carta Magna local.
Empero, los legisladores de Morena no se amilanan y por el contrario muestran su soberbia e ignorancia en materia legislativa al grado de aprobar leyes que ponen en riesgo el patrimonio de los habitantes de la CdMx.
La soberbia tendrá un precio muy caro para Morena porque al dar un trato de subordinación a sus aliados entrará al segundo año menguado, sin la posibilidad de conformar mayorías calificadas que se requieren en las modificaciones constitucionales.
La fracción de Morena es tan disfuncional que el coordinador del grupo parlamentario mayoritario, Ricardo Ruiz, no logra por sí mismo unir fuerzas, algo que en el fondo se agradece porque su intención era modificar la Ley Orgánica del Congreso para evitar la rotación de la Mesa Directiva, pero está tan desvalido que sus diputados no lo apoyaron y al requerir el apoyo de Sheinbaum se quedó solo.
El Congreso mantiene un grado de disfuncionalidad que ya le está pasando factura a Sheinbaum, quien por tener una despistada Consejería Jurídica publica leyes que afectan a la ciudadanía. A Sheinbaum y a los legisladores de Morena se les ha olvidado que tienen prohibido fallar.
Todo apunta que en la rotación de la Mesa Directiva del Congreso, el PAN llevará las riendas y contará con la oportunidad de darle un curso intensivo a la izquierda de cómo funciona un órgano legislativo. Hacemos votos porque se retome el rumbo y por lo menos dejen de ser Oficialía de Partes.
NOCAUT. El senador Ricardo Monreal no ha perdido el tiempo y silenciosamente se apodera de alcaldías en la CdMx para debilitar a Sheinbaum. Sólo hay que voltear a Tlalpan, otrora tierra de la Jefa de Gobierno, donde ya gobierna el zacatecano a través de sus cercanos que se formaron con la morenista Maricela Contreras. ¡Abrazos, no periodicazos!
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