Ciudad de México.- Sin información oficial, los dirigentes de los principales partidos políticos –Morena, PAN, PRI y Movimiento Ciudadano—salieron ayer a declararse triunfadores de la elección, en un acto de irresponsabilidad, porque la autoridad electoral no había todavía ofrecido ningún resultado.
Fue un proceso electoral bien organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y, sobre todo, por los millones de ciudadanos que participaron como funcionarios de casilla. Se estima que alrededor del 50 por ciento de las personas inscritas en el padrón electoral votaron, lo que es un buen porcentaje para una elección intermedia.
Es, en términos coloquiales, una bofetada a quienes se han pronunciado por desaparecer al órgano electoral. El INE demostró su capacidad para organizar elecciones democráticas.
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La irresponsabilidad de los dirigentes de los partidos políticos y de los candidatos dejaban, hasta anoche, al país con 30 gobernadores en 15 estados. Todos se declararon ganadores, basados, según ellos, en encuestas de salida.
Ninguno esperó los resultados que realmente generan certeza: los de la autoridad electoral, que es la única que tiene información oficial y fidedigna.
Después de esta elección nadie, en su sano juicio, puede pensar en desaparecer al INE solo porque le resulta incómodo. El presidente López Obrador y su partido, Morena, tienen que serenarse y retirar esa intención.
Quizá haya cosas que mejorar dentro del propio instituto, pero se debe trabajar sin prejuicios y sin venganzas políticas.
Es de resaltar la participación ciudadana en esta elección: alrededor del 50 por ciento acudió a las urnas, la cual es un porcentaje importante para una elección intermedia.
Debemos preservar las buenas prácticas y los buenos ejemplos que esta elección nos ha dejado, pero también trabajar por desterrar la violencia, no solo en elecciones, sino en aquellas regiones dominadas por el crimen organizado.
La elección de este domingo dejará una tarea que este gobierno dejó de hacer en los dos años y medios que tienen en el poder: negociar con todas las fuerzas políticas porque con la mayoría apabullante que ahora tienen, lo dejaron de hacer.
El gobierno y Morena imponían y nunca conciliaron, pero a partir de septiembre la aplanadora desaparecerá.
