La incertidumbre es una constante entre damnificados, a casi 50 días del 19S

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Alberto Cuenca Reportero en Capital CDMX

Ciudad de México.- La incertidumbre sobre el futuro de su patrimonio es una constante entre damnificados a casi 50 días del sismo que afectó la capital del país.

Un ejemplo de ello es el de Erika García y su mamá, quien habitaba el edificio ubicado en el número 304 de la calle Nicolás San Juan, en la colonia Narvarte Poniente. Hasta el momento no hay definiciones sobre la manera en la que podrán recuperar su vivienda.

Como ocurre con personas damnificadas en muchos otros edificios de la Ciudad, aquí no hay todavía un dictamen oficial por parte de las autoridades sobre la situación del edificio de 21 departamentos.

Erika García explicó a Capital CDMX que es totalmente falso que los vecinos del inmueble ubicado en Nicolás San Juan 304 hayan aceptado la reconstrucción del edificio bajo las reglas que ha propuesto el gobierno capitalino, de hacerlo pero permitiendo una redensificación de 35 por ciento adicional a la que existía antes del sismo.

Dijo que ni siquiera se tiene la certeza que las autoridades capitalinas les respetarán los derechos adquiridos para, en caso de que así ocurra, se reconstruyan los 21 departamentos.

Acusó que el edificio de al lado, ubicado en el número 308 de Nicolás San Juan, se recargó sobre el inmueble donde vive su mamá, desde el sismo previo al del 19 de septiembre. El problema, a decir  de la vecina, se debe a que aquel otro inmueble fue remodelado años atrás y en su momento se le construyeron indebidamente dos pisos adicionales,

Erika García estuvo presente en una conferencia que habitantes de la colonia Narvarte Poniente realizaron el pasado fin de semana y, como parte de los anuncios que ahí se realizaron, rechazó la propuesta del gobierno de la Ciudad, de otorgar un crédito a los damnificados para la reconstrucción.

“Estamos de acuerdo en las peticiones que se hicieron en conjunto, que sean atendidos todos los damnificados con transparencia y rendición de cuentas. En nuestro caso, son 21 familias en donde la mayoría son personas de la tercera edad que lograron construir su patrimonio durante muchos años y la alternativa de optar por un crédito es irreal, no tienen ingresos suficientes y mucho menos edad para poder ser sujetos de crédito, lo que los deja vulnerables y sin apoyo al ser considerados clase media”, explicó García.

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