La hipocresía y doble cara del gobierno y su partido

Ciudad de México.- El gobierno, a través de su Fiscalía General de la República, y de su partido, Morena, exigieron en una controversia constitucional presentada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que esta haga valer la “supremacía constitucional” en el caso Tamaulipas.

El Congreso del estado aprobó ser quien al final decidiera sobre el proceso de desafuero en contra del gobernador Francisco Javier Cabeza de Vaca. La Cámara de Diputados federal se opuso, porque una ley local no puede estar por encima de la Constitución.

Sin embargo, en el caso de la ampliación del periodo del presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, les bastó un artículo transitorio en la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial. 

TE PUEDE INTERESAR: Violar la ley para conservar la mayoría 

La hipocresía y la incongruencia privan en el gobierno y en Morena. Miden con varas distintas la “supremacía constitucional”. Por una parte, la exigen, pero por el otro la pisotean.

Cabeza de Vaca será desaforado por la mayoría de Morena y sus partidos satélites en San Lázaro. Es una orden presidencial y la acatarán sin chistar.

Pero en el caso de la ampliación de mandato, pisotean el artículo 97 de la Constitución que establece: “Cada cuatro años, el Pleno elegirá entre sus miembros al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual no podrá ser reelecto para el periodo inmediato superior”.

Según el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, el transitorio no viola la Constitución, porque no se trata de una “reelección”, sino de una “ampliación de mandato”.

Vaya manera de tratar de engañar. Ahora resulta que los constitucionalistas de este país –“neoliberales”, a criterio presidencial—están equivocados y no entienden la diferencia entre “reelección” y “ampliación de mandato”.

Lo que hicieron el gobierno, sus senadores y diputados constituye un atropello a la Constitución y un “golpe de Estado “técnico” –palabras de López Obrador para referirse a la exigencia del Instituto Nacional Electoral de no hacer proselitismo desde las conferencias matutinas—.

Rompieron el orden constitucional. 

Nada apegado a la ley se puede esperar de estos personajes que se sienten iluminados y salvadores de la Nación.

Son hipócritas y doble cara.

Imprimir artículo Síguenos en Google News

Post más visitados en los últimos 7 días