La economía social y solidaria y las sociedades cooperativas; una visión de desarrollo social

Ciudad de México.- Los origenes históricos de esta forma de pensamiento y filosofía de vida están aparejados al nacimiento del paradigma liberal capitalista y de la revolución industrial a finales del siglo XIX y principios del XX donde las condiciones de la relación entre el capital y el trabajo se tornaron severamente contradictorias, ante estas condiciones los trabajadores buscaron formas asociativas y  de organización que equilibraran su relación con el capital, les brindaran protección y seguridad como en el caso de las mutuales y les permitiera producir de manera organizada, libre y social como medio para satisfacer sus necesidades materiales y de realización personal pero de manera colectiva a través de las cooperativas.

El concepto de economía social y solidaria se refiere al ámbito social en el cual los individuos colaboran asociativamente sin que medie coerción de ninguna índole y persiguiendo fines e intereses colectivos en común, el término se utiliza para definir un conjunto de actividades económicas opuestas a las relaciones regidas por la competencia en el proceso productivo.

La economía social y solidaria por el contrario está regida por los principios de solidaridad, colectividad,  y empleabilidad digna y estable, lo anterior no representan de ninguna manera la negación de la posibilidad de producir riqueza, por el contrario representa una de las opciones efectivas para responder a los retos que plantea la crisis paradigmática económica actual.

Esta crisis en las sociedades europeas generó un contexto de inestabilidad, falta de oportunidades y de certidumbre sobre el futuro sobre todo en los jóvenes, es por ello que se pueden observar frecuentes manifestaciones de inconformidad de este sector en las calles.

Actualmente el paradigma emergente económico ha tomado dimensiones nuevas, exigiendo diversificación, auge del comercio local, productos y producción más cercanos a la sociedad y comunidad de cada región en contraposición a las mercancías globales, estandarizadas y masivas de los grandes consorcios y sus marcas.

En este nuevo contexto la economía social solidaria y el cooperativismo representan en Europa y en el mundo una opción como empresas sociales capaces de interactuar con la dimensión sociocultural conectándose con el territorio y la sociedad local, no es exagerado asegurar que las comunidades adoptaron a la empresa social y solidaria y las organizaciones cooperativistas como parte de su entorno, cultura y economía, puesto que responden al nuevo contexto descrito con una economía muy débil para garantizar el nivel de los servicios públicos y redes de seguridad social necesarias.Es importante hablar de uno de los componentes esenciales de la economía social y solidaria y el cooperativismo: la innovación social, este elemento resulta un componente poderoso para el emprendimiento social que parte del criterio  práctico de que al mismo tiempo se puede ganar dinero y mejorar a la sociedad, pero éste solamente es uno de los ángulos de la innovación social, también se puede decir que ésta es la herramienta de la economía social y solidaria que busca y opera en entornos inexplorados donde la competencia no rige, y constituye una de sus grandes fortalezas puesto que en los espacios donde domina la competencia las oportunidades se han agotado.La economía social y solidaria y el cooperativismo en México:Los principios que regulan a las cooperativas, aún hoy en día, se basan en los de la Cooperativa Rochdale de Inglaterra (1844), mismos que fueron adoptados por la Alianza Cooperativa Internacional creada en Londres en 1895.

Las figuras legales y sociales que se enmarcan dentro de la Economía Social y Solidaria son variadas, aunque frecuentemente se usa como sinónimo de Cooperativismo, éste es en realidad una parte de la ESS; en México de acuerdo a la Constitución Mexicana en su artículo 25 cuya reglamentariedad está dada por la Ley de la Economía Social y Solidaria dice:

Artículo 4o. El Sector Social de la Economía estará integrado por las siguientes formas de organización social:I. Ejidos;II. Comunidades;III. Organizaciones de trabajadores;IV. Sociedades Cooperativas;V. Empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores; yVI. En general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios.

También define: 

Artículo 8o. Son fines del Sector Social de la Economía:

I. Promover el desarrollo integral del ser humano;

II. Contribuir al desarrollo socioeconómico del país, participando en la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios;

III. Fomentar la educación y formación impulsando prácticas que consoliden una cultura solidaria, creativa y emprendedora;

IV. Contribuir al ejercicio y perfeccionamiento de la democracia participativa;

V. Participar en el diseño de planes, programas y proyectos de desarrollo económico y social, en

términos de la legislación aplicable;

VI. Facilitar a los Asociados de los Organismos del Sector la participación y acceso a la formación, el trabajo, la propiedad, la información, la gestión y distribución equitativa de beneficios sin discriminación alguna;

Fracción reformada DOF 11-06-2013

VII. Participar en la generación de fuentes de trabajo y de mejores formas de vida para todas las personas;

Fracción adicionada DOF 11-06-2013

VIII. Impulsar el pleno potencial creativo e innovador de los trabajadores, ciudadanos y la sociedad, y

IX. Promover la productividad como mecanismo de equidad social.

La OIT refiere: Las cooperativas tienen una probada trayectoria en materia de creación y mantenimiento del empleo, ya que actualmente brindan más de 100 millones de puestos de trabajo. Asimismo, contribuyen al avance del Programa Global de Empleo de la OIT  y a la promoción del trabajo decente.

No obstante las virtudes evidentes, en nuestro país es patente la falta de apoyo a la economía social y solidaria y al cooperativismo, por parte del anterior régimen, por ejemplo el número de cooperativas y el estatus orgánico y operativo que guardan es una gran incógnita a nivel mundial, debido en gran parte al desigual y poco eficiente seguimiento que gobiernos, organismos representativos internacionales y organismos locales hacen sobre el sector cooperativo, pero en México los datos que ha dejado el gobierno saliente son técnicamente nulos, los pocos números que existen al respecto están centrados en las organizaciones que han adoptado la forma legal de cajas de ahorro.

De lo anterior se desprende que una de las primeras asignaturas a cubrir para resarcir la brecha que a México separa de otros países latinoamericanos y europeos en el fomento y desarrollo de la empresa social y cooperativa es implementar un sistema de información y sistematización del sector basado en las nuevas tecnologías disponibles; ésto con la finalidad de contar con la información necesaria para proyectar las acciones pertinentes desde el nuevo gobierno de la Ciudad de México y proyectar la empresa social y cooperativa como motor de desarrollo económico y sustentable que aportará a la generación de riqueza a su crecimiento económico.

Para lograr lo anterior es necesario plantear formas diferentes creativas y de vanguardia, para ello el emprendimiento social y la innovación social serán de gran importancia puesto que a través de ellas se puede generar oportunidades de desarrollo económico y sustentable, de empleabilidad para sectores marginados y vulnerables no sólo por la importancia de atenderlos en sus derechos básicos al trabajo ya la remuneración digna, sino también porque por razones naturales aportan poco al crecimiento económico.

No obstante lo anterior debo recalcar que la economía social y solidaria y la organización cooperativista no es privativa para la atención de los sectores vulnerables y su empoderamiento, sino que resulta óptima también para fortalecer sectores que ya participan activamente en el desarrollo económico, tales como empresas sociales y cooperativas de profesionales, por ejemplo organizaciones cooperativas de medios informativos digitales, este ejemplo sería una expresión magnífica de las virtudes de la innovación y el emprendimiento social puesto que redundaría en beneficios materiales e inmateriales para sus agremiados, proporcionándoles empleabilidad posibilidad de remuneración digna y al mismo tiempo aportarían a la mejora de la sociedad a partir de que su independencia y objetividad fundamentales en los medios informativos quedarían salvaguardadas pues no dependerían de los intereses políticos y o económicos de grupos de presión.

Sirva lo anterior para ejemplificar el valor que puede proporcionar la innovación y el emprendimiento social, pero la potencialidad de éstos es mayúscula si se considera que el ejemplo mencionado puede replicarse para prácticamente cualquier sector de la sociedad.

En conclusión la economía social y solidaria y el cooperativismo no son sólo compromisos morales de los nuevos gobiernos emanados de las elecciones democráticas recientes, sino en esencia opciones prácticas, viables y determinantes para hacer crecer nuestra economía y el  desarrollo de nuestro país y la Ciudad de México, sin menoscabo de salvaguardar los derechos de todas y todos sus habitantes, y sobretodo sin que el crecimiento económico sea con cargo a los más desfavorecidos, lo cual es un  principio fundamental de este nuevo gobierno democrático del país y de la Ciudad de México.

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