Inversión Extranjera Directa cae por tercer año en América Latina: Cepal

Ciudad de México.- Los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina y el Caribe cayeron por tercer año consecutivo en 2017, al sumar 161 mil 673 millones de dólares, es decir, 3.6 por ciento menos que el año previo y 20 por ciento por debajo de lo recibido en 2011, de acuerdo con la Cepal.

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, expuso que la caída de la IED, a una tasa mucho menor que la baja de 23 por ciento a nivel mundial, se debe sobre todo al retroceso en los precios de las materias primas (commodities) de exportación y la recesión en la región en 2015 y 2016, sobre todo en Brasil.

Al presentar el informe anual “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe”, apuntó que en este resultado hay una gran heterogeneidad, pues los flujos de IED aumentaron en 12 países de la región, disminuyeron en 12 y en ocho no se tuvieron datos, siendo en América del Sur donde cayó más.

En rueda de prensa, la funcionaria de este organismo regional de las Naciones Unidas informó que las caídas de la IED ocurrieron en Brasil, donde disminuyó 9.7 por ciento, en Chile 48 por ciento y en menor medida en México, donde bajó 8.8 por ciento.

Explicó que en el caso de Brasil, si bien la economía del país sudamericano volvió a crecer, aún arrastra los efectos de su desaceleración de 2015 y 2016, y en Chile las empresas filiales devolvieron mucha inversión a sus casas matrices, es decir, más dinero del que recibieron.

En cuanto a México, apuntó que en 2017 alcanzó 31 mil 726 millones de dólares, lo que significa 8.8 por ciento menos que en 2016, pero lo importante es que los flujos llegaron a sectores a transporte, fabricación de equipo de transporte y manufactura en general.

En contraste, la Inversión Extranjera Directa hacia México retrocedió en la industria química, plásticos y en bebidas, entre otras, por la compra de cerveceras mexicanas, comentó la alta funcionaria de la Cepal.

Refirió que los países que más incremento registraron en IED durante 2017 fueron Guyana 265.8 por ciento, Haití 257.3 por ciento, Argentina 253.3 por ciento, Bolivia 116.1 por ciento y El Salvador 127.6 por ciento, debido sobre todo a la baja base de comparación, pues el año pasado recibieron muy pocos flujos dada la desaceleración económica.

Para 2018, estimó que la IED en América Latina y el Caribe se mantendrá estable y quizá crezca un poco, pues se espera que la economía regional crezca 2.2 por ciento este año y 2.9 por ciento en 2019, con lo cual “le va a empezar a ir mejor. Y habrá opciones interesantes”.

De acuerdo con el informe IED de la Cepal, por su origen las principales fuentes de inversión extranjera directa en la región en 2017 fueron la Unión Europea y Estados Unidos, respectivamente.

La prevalencia de Europa es particularmente notoria en América del Sur, mientras que Estados Unidos se mantiene como el principal inversor en México y Centroamérica.

A mediano plazo, la caída en la IED en la región, que se viene produciendo desde el año 2011 hasta ahora, se ha concentrado casi exclusivamente en el sector de los recursos naturales, que bajó 63 por ciento, mientras que las entradas en el sector de servicios cayeron 11 por ciento y en el de manufacturas aumentaron levemente.

Esta recomposición da oportunidades para focalizar las inversiones en aquellos sectores con más capacidad para impulsar el cambio estructural y el desarrollo sostenible en la región, proceso que debe ser acompañado de políticas que apoyen el desarrollo de capacidades en los países receptores.

“No se trata simplemente de crear las condiciones para que lleguen capitales extranjeros, sino para que las inversiones se vuelvan fuentes generadoras de derrames tecnológicos y productivos, de empleo, y para que se orienten hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible”, resaltó Bárcena.

El informe enfatiza que sectores como las energías renovables, telecomunicaciones y fabricación de automóviles son ejemplos de cómo la IED puede contribuir a diversificar la estructura productiva, mejorar capacidades locales, crear empleo de calidad y generar encadenamientos con proveedores locales y regionales. (Notimex) 

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