Intromisión y sumisión entre Poderes

Ciudad de México.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está enojado. Repudia que el juez Juan Pablo Gómez Fierro haya otorgado una suspensión provisional de la Ley de la Industria Eléctrica. 

La forma y el tiempo son legalmente correctos, pero al Presidente le molestó la decisión del juzgador, como todo aquello que va en contra de sus caprichos, aun cuando afecten la libre competencia, la relación con empresas extranjeras o el medio ambiente. 

Por eso amenaza desde sus conferencias matutinas y amaga con investigaciones. Busca amedrentar a quienes actúan con la ley en la mano, a quienes no coinciden con su ideología y su manera de gobernar, y a sus “adversarios”.

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Esta vez envió una carta al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura, ministro Arturo Zaldívar, en la que le solicita investigar a Gómez Fierro.

Aprovechó para irse contra “el viejo régimen” representado por los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón; la exsecretaria de Energía, Georgina Kessel, Claudio X. González y ahora también le tocó al ministro en retiro José Ramón Cossío.

El ministro presidente respondió en otra carta: “Su ´queja´será remitida al área correspondiente del Consejo de la Judicatura Federal para que, de existir elementos para ello, se abra la investigación que en su caso procediera…”.

Zaldívar debe tener en cuenta que en el Poder Judicial que encabeza circula una solicitud en change.org en la que se solicitan firmas para respaldar al juez Gómez Fierro. Hasta ayer se habían recabado más de 28 mil.

Hay enojo en el Poder Judicial por la intromisión presidencial en las decisiones que corresponden a jueces y magistrados.

El ministro camina por terreno sinuoso. Por un lado, está su sumisión ante el titular del Poder Ejecutivo y por el otro el disgusto en el Poder Judicial por la actitud autoritaria de López Obrador. Zaldívar debe actuar con independencia si no quiere que haya una rebelión interna.

Amenazar al juzgador no es un buen augurio para la división de Poderes. Ya causó la molestia entre los juzgadores, cansados de la intromisión y la sumisión.

 

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