Ciudad de México.- La instrucción ya salió de Palacio Nacional. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no está dispuesto a que se le cambie una sola coma a su iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica.
Los coordinadores de Morena en las Cámara de Diputados y Senadores, Ignacio Mier y Ricardo Monreal ya tomaron nota. Las y los legisladores de Morena, sumisos, acatarán inopinadamente la instrucción.
De nada servirá el llamado “parlamento abierto”. Podrían participar expertos y académicos, pero por más argumentos que presenten sobre cómo impactará esta reforma a nuestro país, no serán escuchados, como normalmente sucede con esos ejercicios.
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Ya los empresarios mexicanos y extranjeros, calificadoras y los mayores socios comerciales de nuestro país, Estados Unidos y Canadá, expresaron su desacuerdo. Al Presidente, a su partido y a su mayoría eso los tiene sin cuidado. La aprobarán sin modificaciones.
La oposición no podrá hacer nada por más que patalee. Al ser una reforma de ley, Morena solo necesita la mitad más uno de los legisladores para aprobarla.
En la Cámara de Diputados, el partido del gobierno tiene 251 legisladores, pero a ese número hay que sumarle la de sus aliados del PT, PES y PVEM. Tiene votos de sobra para aprobar la reforma presidencial.
En la Cámara que actuará como revisora, Morena tiene 59 senadores, para la mayoría simple le faltarían cinco votos que los pondrán los mismos: PT, PES y Verde.
La oposición, agrupada en el llamado “bloque de contención”, está, de antemano, derrotada y sería indigno que se preste al circo que iniciará Morena con el “parlamento abierto”.
Es así como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será la máxima generadora de energía en el país, sacando, de un plumazo, a la competencia. Es lo que se conoce coloquialmente como un caballazo.
Hay que esperar la reacción de empresas nacionales y, sobre todo, extranjeras, así como de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, porque es una burda violación al T-MEC.
Pero en el país de un solo hombre, la suerte está echada. El Presidente ya decidió. Morena y sus aliados no le moverán ni una coma a la iniciativa presidencial.
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