Gitanos son los mejores servidores públicos

Ciudad de México.- Una de la propuestas más aclamadas de Andrés Manuel López Obrador, fue la de bajar los salarios de la “alta burocracia” a la mitad. En el discurso, es una propuesta que al sector menos favorecido de la sociedad, va a sonar como algo justo.    

Esa propuesta fue apoyada por el resentimiento, por la falta de oportunidades, por una situación familiar y un contexto que, a muchos, les ha impedido salir de la pobreza. Sin embargo, hablando seriamente, recortar a la mitad los salarios de los altos funcionarios públicos, no va a cambiar las condiciones inequitativas de aquellos que tanto padecen. Los recortes serían insuficientes, incluso si se pensara repartir ese dinero sin ningún merito, más que el sufrir la miseria.

México es un país inequitativo, es cierto. Pero esta es una de las propuestas con menos sentido pues se afecta a la calidad en la prestación de servicios de toda la sociedad. En mi experiencia como funcionario en la Secretaría de Gobernación, pude verificar cómo es que en los estados de la República, se padecen graves deficiencias en sus administraciones locales, derivadas de la negligencia del personal mal calificado.

Esa es la realidad, buena parte de los funcionarios públicos no están preparados para realizar sus funciones. ¿Quién se lleva a los cuadros más competitivos? Los malvados empresarios… desde el punto de vista del resentimiento. La iniciativa privada ofrece mucho mejores salarios para las personas calificadas. La administración pública se va a quedando con los funcionarios que tienen grandes necesidades y aquellos que no han sido detectados por la iniciativa privada.

Quienes hemos trabajado en la administración publica, sabemos que lo salarios de la baja y media burocracia son bastante castigados. Es totalmente cierto, que a pesar de que muchos funcionarios son bien pagados, aún así han incurrido en actos de corrupción. Pero para el esfuerzo y el grado de responsabilidad que implica un puesto jerárquico directivo, castigar su salario a la mitad, evidentemente va a desincentivar la toma de responsabilidades y por el contrario, es seguro que generaría más corrupción de la que ya existe.

Que no sea una vergüenza trabajar para el gobierno. Este es uno de los temas que AMLO, debe reconsiderar y evaluar. Ya todos estamos conscientes de que una cosa era la campaña y otra la realidad, en la que las propuestas estridentes, la mayoría de las veces no van a tener cabida. Si la administración pública federal quiere brindar mejores servicios, por el contrario, debe asegurarse de que la baja y media burocracia sean mejor pagadas.

Sobre todo, hay un tema pendiente de varias administraciones: la profesionalización de la carrera pública. Es una verdadera pena que hacia 2015, sólo el 65% sea personal de base, según datos del INEGI. 

De hecho, los mandos altos y medios, son los que más rotación padecen, pues se contratan o por honorarios o como personal de confianza. Estas personas, con más estudios son los verdaderos gitanos de la administración pública, en un lapso de 12 años tienen que buscar trabajo entre dos y seis veces.

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