El reto a los obispos trabajar para prevenir y castigar abusos sexuales a menores

Ciudad de México.- En el Vaticano durante tres días, el Papa Francisco y 190 líderes religiosos, reflexionaron sobre lo que llamó “la plaga”,  los abusos sexuales de menores por religiosos, el tema en sí levantó un interés mediático. Al concluir el encuentro, las conclusiones no convencieron, pese a que  marco la hoja de ruta a seguir por los presidentes de las conferencias episcopales y congregaciones religiosas para atender esos casos.     

Pese a las críticas de las conclusiones, el encuentro en sí fue de gran valor, la Iglesia reconoció que tiene un camino que recorrer, además los líderes religiosos se comprometieron a intensificar el trabajo para la protección de los menores.

Así como revisar el abuso del poder, el secreto pontificio y proporcionar a la víctima la información completa sobre su caso, porque actualmente no tienen información del proceso. 

Durante la reunión se presentaron testimonios de víctimas que demostraron el daño causado a miles de personas por esa “plaga”. Uno de estos testimonios que impacto a los asistentes, fue el de una mujer que desde los 11 años fue abusada sexualmente durante cinco años, por un sacerdote, quien levantó la voz y señaló: “¡La víctima no es culpable de su silencio! El trauma y los daños sufridos son así de mayores cuando más largo es el tiempo del silencio, que la víctima transcurre entre el miedo, la vergüenza, la remoción y el sentimiento de impotencia. Las heridas jamás prescriben”.

El tema de la prescripción, también fue analizado en el encuentro, sobre éste la religiosa Verónica Openibo, de la Sociedad del Santo Niño Jesús, una de las tres mujeres que tomaron la palabra en el encuentro, consideró que no hay excusas aceptables para que a los sacerdotes ancianos y los fallecidos que hayan cometido este crimen se les quite el sacerdocio, porque vieron a las víctimas, como objetos no como personas.

La piedra en el zapato, para el encuentro fue la presencia de víctimas de abusos, agrupadas en el  Ending Clergy Abuse (ECA), que se dieron cita en un foro alterno para hacer propuestas, durante la semana realizaron manifestaciones en plazas de Roma y en el Vaticano para ser escuchados.

Las víctimas, se convirtieron en una nota alterna todos los días para los medios de comunicación, se hicieron presentes en la llegada de los obispos a los trabajos  y al concluir las conferencias de prensa. 

Ante la actividad de ECA, los organizadores de la reunión del Vaticano abrieron su agenda y recibieron a 11 de ellos por más de dos horas. Posteriormente, el cardenal alemán Reinhard Marx sostuvo un encuentro con otro grupo de víctimas. Estos fueron también encuentros históricos. 

Pese a la apertura mostrada para escucharlos, los integrantes de ECA al concluir el encuentro de los líderes católicos, coincidieron en que: "No han escuchado absolutamente nada de lo que les hemos dicho y esta, desgraciadamente, es la experiencia habitual".

Al concluir el encuentro el Papa Francisco detalló ocho puntos para que los líderes católicos trabajen en sus respectivos territorios que son: protección de menores e impedir que sean víctimas de cualquier abuso psicológico y físico. Y es necesario cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la institución.

El objetivo de la Iglesia será escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados y se adoptarán las medidas necesarias para la protección de los menores.

La pregunta en el aire es ¿Cuánto tiempo tardará la burocracia eclesiástica en realizar los cambios que se requieren, para prevenir esos abusos y se haga justicia a las víctimas?

Imprimir artículo Síguenos en Google News

Post más visitados en los últimos 7 días