Ciudad de México.- Es probable que uno de los ministros propuestos por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, haga la diferencia y contribuya a salvar la independencia y el prestigio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ante la trampa, contra la Constitución, que activó el poder legislativo al ampliar el periodo de Arturo Zaldívar como cabeza del Poder Judicial.
En efecto, Juan Luis González Alcántara Carrancá vivió una situación similar en el pasado y actuó con enorme dignidad. Tuvo una destacada labor como presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (2000-2003) y ello motivó que entre sus colegas magistrados, diputados y políticos locales, empezara a circular la idea de alargar la presidencia y para ello había que modificar la ley.
Las cosas no prosperaron, porque el entonces magistrado lo impidió, haciendo hincapié en los riesgos que ello podía representar. En el fondo sabía que ese tipo de componendas descomponen más de lo que arreglan y debilitan la legitimidad institucional.
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Este momento, que cobra mucha actualidad, lo recordaban el fin de semana el jurista César Astudillo, quien lo refirió en su cuenta de twitter y el periodista Roberto Rock, quien se ocupó del asunto en su columna.
Jorge Carpizo escribió sobre aquella situación que González Alcántara-Carrancá, “manifestó que las leyes y las instituciones no se reforman para favorecer a persona alguna, y que él había aceptado la presidencia del Tribunal para servir, no para servirse de él”.
Y Carpizo, quien también fue ministro de la Corte advirtió que “si la conducta del magistrado e investigador González Alcántara Carrancá fuera la la regla, este México nuestro sería un país mejor. Por eso mismo, estos ejemplos deben conocerse. Algún día, la congruencia personal será un valor laico que se reconocerá en nuestro país.”
Por ello es equivocado pensar que los ministros, la mayoría de ellos, actuarán por consigna en una situación tan delicada y que en los hechos los despoja de su facultad de decidir sobre la presidencia de su propio poder. Al menos parece difícil que los integrantes del máximo tribunal se rindan sin dar la pelea y caigan en las trampas del cortoplacismo.
En todo caso, el ministro González Alcántara Carrancá, está llamado a jugar un papel determinante en esta historia, donde puede inclinar la balanza a favor de la división de Poderes y el respeto a la Constitución. Toda su biografía está sustentada en la coherencia y ahora no tendría que ser distinto.
Es más, la correlación de fuerzas en el propio Pleno puede cambiar de modo dramático y para el bien de la institución. La puerta que abrieron en el legislativo puede llevar a destinos muy peligrosos, pero tampoco sería extraño que esto se revierta y por el bien de todos y en particular de la sociedad y el Esttado de Derecho. Ojalá.
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