El fanfarrón de Morena

¡Saludos Ciudad de México!

Nos hemos enterado que…

La antesala para recibir candidaturas de Morena a alcaldías de la Ciudad de México (CDMX) se puso sabrosa porque solo llegaron los ganadores del dedazo… perdón encuesta y en la espera estuvieron los alcaldes y diputados federales que fueron ungidos. 

Imaginen que lo que antes se resolvía en el PRD a sillazos en algún lujoso hotel ahora fue en una casona con potencialidad de hasta 10 departamentos en Ejército Nacional 359 en la demarcación Miguel Hidalgo. (¿De quién es el predio donde despachan los dirigentes de Morena expulsados de su sede oficial por las feministas? Luego les diremos).

Ahí en la sala de espera que fue larga porque entraban por equipos todo empezó sencillo con Álvaro Obregón, donde salió Eduardo Santillán feliz y hasta él sorprendido por ganar la candidatura. 

Para ese entonces ya estaba ahí la pobre de Evelyn Parra a quien una Clara Brugada veía con desdén por venir del cacicazgo de Julio César Moreno y recibir candidatura cuando años atrás le vienen mentando la madre a Andrés Manuel López Obrador.

Y ahí empezó la tensión y se preguntaran ustedes quién fue el fanfarrón, esperen un poco, antes déjenos contarles que Parra enfrentó una mesa muy dura con los dirigentes nacionales Mario Delgado y Citlali Hérnandez porque llegó la diputada federal Rocío Barrera a decirles que era un acto de traición dejar pasar en Morena a un violentador de mujeres, aunque después de lo de Felix Salgado Macedonio ya ni se asombró la senadora con licencia.

Mientras eso pasó, lo divertido estuvo afuera donde el alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosta, quien logró su reelección, estuvo serio porque es sobreviviente de Coronavirus, pero afable como es les invitó a sus camaradas la pizza. 

Entonces apareció el fanfarrón, el alcalde de Iztacalco, don Armando Quintero, quien se creía que estaba todavía en un Congreso del PRD y no le paraba la boca con la grilla. Empezó diciendo que era una pena lo de Venustiano Carranza porque las "mujeres" del partido no se habían atrevido a unirse.

Le dijo luego a sus compañeros alcaldes como Patricia Ortiz de Magdalena Contreras, que Víctor Hugo Romo la iba a tener "muy perra".

Se mofó de Rigoberto Salgado, quien quedó fuera de la contienda, diciendo que cómo se había anotado con "la fama que se carga". Y así siguió haciendo videollamadas con su esposa diciendo que estaba ahí "trabajando". En Iztacalco todos saben que la esposa es la dueña de todo los negocios del alcalde, pero de eso les daremos detalles más adelante.

El sinsabor vino después cuando en las llamadas le decía a su mujer que se había comido una "pizza bien fea", por lo que sus camaradas dijeron que además de fanfarrón limosnero y con garrote. 

No obstante, eso no fue todo, el lío fue ya en la mesa, donde los dirigentes que por cierto son de Iztacalco, Delgado, Hérnandez y otros fundadores del partido, porque lo recibieron a regañadientes y le dijeron que había pasado de panzazo.

En la pregunta de qué tan honrado era, Quintero sacó el 0.4% y ante los reclamos de militantes que lo acusaron de robar, mentir y traicionar, al alcalde que logró su candidatura, le salió lo fanfarrón y soltó que en 2018 él ganó por su trabajo y no por López Obrador.

La mesa estaba apunto de estallar y mejor lo invitaron a que se fuera no sin recomendarle que le eche ganas porque la encuesta del partido muestra que viene una elección cerrada con el Frente de Sí por México.

Así pasaron las horas de angustia y de grilla los candidatos de la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, mientras los perdedores monrealistas ya preparaban sus primeros pasos de venganza y sublevación.

No olvidamos, somos Anonymous…

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