El dilema de Sheinbaum y la 4T

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Luis Eduardo Velázquez Director del diario y semanario digital Capital CDMX

Ciudad de México.- Cuando se habla de la cuarta transformación de México en teoría se entiende como el cambio de las prácticas de corrupción del pasado y el avance a una sociedad democrática.

Cuando se observa en la práctica representa un universo de personajes con formas distintas de hacer política y los mismos defectos del pasado.

Esto último se observa en la primera legislatura del Congreso de la Capital CDMX, donde hay una división profunda en el grupo mayoritario de Morena que tiende a degenerar si no hay una intervención sana de la jefa de Gobierno de la CdMx, Claudia Sheinbaum, para que no estropeen su gobierno considerando que el órgano legislativo es el sistema nervioso de la ciudad y hoy está alterado y al borde de un colapso.

En lo legislativo se dan alianzas coyunturales pero hoy en el Congreso capitalino están visibles como primera vía el vicecoordinador José Luis Rodríguez, quien agrupa a Temistocles Villanueva, Guadalupe Morales, Lourdes Paz, Leticia Varela, Leticia Estrada, Esperanza Villalobos, Ricardo Fuentes, Isabella Rosales, José Emmanuel Vargas Bernal, Leonor Gómez Otegui, Yuriri Ayala, Guadalupe Aguilar y Miguel Macedo, aunque estos dos últimos tienen como referente a Jesús Valencia y aseguran no pertenecer a ningún grupo en específico.

En la segunda vía se colocan con la otra vicecoordinadora Valentina Batres, Martín Padilla, Martha Muñoz, Guadalupe Chávez, Marisela Zúñiga, Lilia Rossbach, Donaji Olivera, Jesús Martín del Campo, Ana Cristina Hernández, Carlos Hernández Mirón, Alfredo Pérez Paredes, Gabriela Osorio y Paula Soto, aunque estas últimas aseguran ser independientes.

Como tercera vía se ha intentado posicionar Rigoberto Salgado, quien emitió un pronunciamiento con el respaldo de Fernando Aboitiz, líder de la Asociación Parlamentaria del extinto Partido Encuentro Social (PES), Guadalupe Chavira, Alberto Martínez Urincho, Nazario Norberto, Eduardo Santillán, Eleazar Rubio Aldarán y Efraín Morales Sánchez

Carlos Castillo, leal a Ariadna Montiel, subsecretaria del Bienestar federal, tiene la línea de avanzar en la agenda que abone a lo trazado por López Obrador. Miguel Ángel Melo, también del PES, es un comodín apadrinado por Valencia. 

El coordinador de Morena, Ricardo Ruiz, aunque tiene mayor afinidad con Batres se mantiene al margen con el propósito de lograr la unidad y que avance la agenda de Sheinbaum. De cualquier forma, la perspectiva es que el grupo podría tocar fondo sino hay un diálogo propiciado por Sheinbaum porque de fondo ya hay una disputa electoral con miras a la elección del 2021 y eso tendrá un efecto con el resultado de la renovación de la dirigencia nacional.

Confiemos en que los legisladores de Morena tendrán el talento de poner por delante a la Capital CDMX y no echar a la basura el bono democrático que les dieron el 1 de julio de 2018.

Periodistas 

Al interior de Morena son duros los contrastes. Por un lado la Jefa de Gobierno ha demostrado un compromiso real por restituir la libertad de expresión en la CdMx, prueba de ello es que observará y no publicará la ley inconstitucional que el Congreso capitalino aprobó para reglamentar el secreto profesional y la Cláusula de Conciencia, sin una revisión pertinente y sin escuchar la opinión de los periodistas y la asociación Periodismo Nación MX, que advirtió los vicios de inconstitucionalidad de la norma que se redactó en los oscurito pese a que presumen ser parlamento abierto.

Por el contrario, hay alcaldes de Morena como Francisco Chiguil, quien siente tener escriturada la demarcación Gustavo A. Madero y actuó como un pequeño cacique al agredir al periodista Alberto Cuenca, quien evidenció una red de nepotismo que creó en la alcaldía. La investigación está soportada en documentos y forma parte de una investigación de la Secretaría de la Contraloria de la CdMx.

Chiguil ignora que con sus actos afecta la imagen de la Jefa de Gobierno, de Morena y hace que las evaluaciones positivas de su gestión ante las demás alcaldías sirvan de poco por actuar como gobernante despota y no como un demócrata a la altura de lo que la cuarta transformación y los habitantes de la CDMX exigen.

NOCAUT. Vaya izquierdazo que le colocaron al nuevo jefe de la Policía, Omar García Harfuch, por ejecutar mal el operativo en Tepito y desconocer que en la CdMx hay zonas que tienen detrás respaldo político. Le ganaron las ansias de novillero y olvidó que el que pregunta no se equivoca. ¡Abrazos, no periodicazos! 

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