El desempleo y Coronavirus, la tormenta perfecta

Ciudad de México.- En México se incuba un virus que será más letal e impactará en lo psicológico, salud, vivienda, estatus social y, sobre todo, en el núcleo de las familias, golpeado por el aislamiento social provocado por la crisis sanitaria, que de acuerdo con el mismo Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) remontó la violencia familiar y los feminicidios en el primer semestre de 2020.

La tasa reportada en el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y Causa en Común es de 0.8 feminicidios por cada 100,000 habitantes, tasa superior a la de Chile que es de 0.4 y cercanos al 0.9 de Hungría o 1 por cada 100,000 habitantes en Lituania.

En violencia familiar se han reportado 1,622 casos más que en 2019 del mismo lapso del primer semestre, lo que es un 2% más que el año anterior, al pasar de 164.4 casos por cada 100,000 habitantes a 170.2 casos por cada 100,000 habitantes, donde el desempleo, alcoholismo, drogadicción o dependencia de uno o ambos padres son papel importante.

Qué hace una sociedad cuando no hay ingresos económicos a causa del desempleo y la desesperación cunde en los hogares, principal célula de la sociedad mexicana, el indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) muestra que nuestro país en mayo pasado se desplomó a -21.6% la economía comparado con mayo del 2019.

No es consuelo de tontos, que todos los países están padeciendo lo mismo, mientras los grandes acaparadores administran la desgracia de millones de seres, donde se incluye a los más de 120 millones de mexicanos y aquí, no se ve que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, o su equipo muestren siquiera atención en esto.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), está ya alertando de la pandemia del desempleo y el nulo poder adquisitivo de las clases más pobres, acostumbradas a privarse, pero no a la hambruna, el respaldo del gobierno a la pequeña y mediana empresa se da con gotero y eso no será nada sano para la enfermedad.

El INEGI advirtió que existen 15.7 millones de connacionales sin empleo y conforme el virus de COVID-19 se encuentre latente la temeridad será mayor y la exposición ante la necesidad irá en crecimiento ya no matemático, sino también epidemiológico.

Hace unos días los especialistas sudamericanos: Adolfo Rubinstein, Alejandro Arias García y Alejandro Valerio, al participar en un foro postCOVID-19 virtual, realizado por una farmacéutica transnacional, donde se abordó el tema del desempleo en Brasil, Chile, Perú, Argentina y México, no nos dejaron bien parados.

COMMODATO

Ellos sí que tienen “otros datos’’ y prevén, que la falta de empleo será un letal argumento del descontento social debido a que hay 12 millones de mexicanos sin trabajo, de esos solamente 10 millones contaban con empleo informal, mientras el formal que quedó sin plaza laboral es de 2 millones de personas.

Ese es el mal que nos está llevando a un callejón sin salida, porque si el gobierno no respalda a los empresarios e industriales mediante quitas o estímulos fiscales, no habrá otra más que imponer nuevos impuestos, que no podrán soportar los que menos tienen y los que carecen de empleo y por tanto de ingresos.

Aquí sí que la “estampita’’ de López Obrador nos proteja, porque no habrá fuerza pública que enfrente a una población necesitada de comida, vestido y sustento para sus hijos, esposas, maridos inhabilitados, minusválidos o recién nacidos.

Esperemos que, si a la 4T no se le ocurre algo al respecto, sí haya un mecanismo de ingeniería mundial que pueda socorrer a los más desamparados, que no solo el COVID-19 se ha estado llevado a la tumba a seres queridos, sino sepultando las esperanzas de millones de seres humanos.

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