Ciudad de México.- El próximo martes a más tardar la Capital CDMX debe contar con un nuevo Comisionado Defensor de Derechos Humanos, ya que en la comisión del ramo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) ha llegado al consenso de que Perla Gómez no debe ser reelecta.
Gómez, titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), tiene una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia de la CdMx por presuntos actos de corrupción y en cuatro años en el cargo se confrontó con la mayoría de organizaciones de la sociedad civil que se supone son el primer paso para lograr la reelección.
Sin embargo, el proceso de elección lo debe realizar por ley la ALDF en el seno de la Comisión de Derechos Humanos que preside Luciano Huanosta, del partido Humanista, único partido local de la CdMx.
Eso ha hecho que la elección del nuevo defensor o defensora de los derechos humanos de los capitalinos se haya convertido en un proceso turbio en el que ha pasado de todo menos una valuación seria de perfiles para definir al personaje que tendrá tan importante cargo.
Y si alguien no lo considera importante, le pregunto si desde el 19 de septiembre a la fecha no ha sentido un desamparo en las calles, al ver a las víctimas de un terremoto sin el acompañamiento del principal órgano garante de pelear por los damnificados y la restitución de sus derechos como el de la vivienda digna.
En la Comisión de la ALDF se simuló un proceso de entrevistas con cada aspirabte donde sólo sirvió para hacer una pasarela y que parezca que la Comisión trabaja porque en lo que va de la legislatura no han hecho absolutamente nada. Y nada es nada.
Los diputados entraron a la simulación porque saben que en realidad la definición es una decisión política no técnica; es decir, habrá defensor o defensora “carnal”.
El Gobierno de la Ciudad de México no evitó caer en la tentación de meterse en el proceso y, por ello, el golpeteo político fue severo y el jaloneo aún sigue.
En principio el blanco de ataque fue destruir la imagen de Perla Gómez para anularla y enseguida vino una campaña sucia contra Mucio Hernández para advertir que era el elegido del poder.
Esa ruta, fue trazada por organizaciones civiles afines a Emilio Álvarez Icaza, quien no ha dejado ese coto de poder en la CDHDF.
Álvarez Icaza empujó tres candidaturas, la más visible fue la de Hilda Téllez, quien paradójicamente, es respaldada por Morena. Quienes conocen a la izquierda saben que no hay nada más opuesto a Andrés Manuel López Obrador que Álvarez Icaza.
Al abrirse la tercera vía, vino otra jugada real de la Secretaría de Gobierno de la CdMx para empujar a Nashieli Ramírez, quien trae su apoyo y el de la sociedad civil.
Sin embargo, en todo este tramo ha salido a relucir presuntos actos de corrupción de Téllez, las relaciones políticas de Hernández y los apoyos de Ramírez. Todo incluso aderezado por una pésima conducción del secretario técnico de la Comisión de la ALDF, Ignacio Pinacho, empleado de Huanosta, quien aseguran algunos de los candidatos a la CDHDF, filtró las supuestas calificaciones de las entrevistas para golpear a Hernández. Era lógico, traen a Téllez como candidata.
Lo cierto es que como se podrá observar en el proceso no se ha ponderado la capacidad de los candidatos sino su relación con el poder y eso a lo que conduce es que quién llegue sea un defensor carnal.
Es lamentable que en esta negociación se cruce otros temas como la reconstrucción de la CdMx, la sobrevivencia del partido Humanista que está buscando agarrar una candidatura para su presidente Huanosta, o la suma de actores al Frente en la carrera del 2018.
Lo peor del caso es que se ha llegado al punto en que ninguno de los aspirantes cumple con lo que cualquier gobierno quiere que es la certeza, ya que se hace el pronóstico del cambio de poder en 2018.
Los diputados están a unas horas de tomar su decisión y el panorama es oscuro, ojalá la sociedad civil hubiera puesto más atención al proceso y que los legisladores tomen la mejor decisión y no hayan construido sólo candidatos para ganar en la negocia.
Como dice el refrán en río revuelto ganancia de pescadores. Lástima que aquí perdió una vez más la ciudadanía.
NOCAUT. Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre sacó su afilado colmillo y ya se lo hincó a Eruviel Ávila, lo que significa que no habrá cambios en el PRI de la CdMx, pero sí mucha marrullería.
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