El Pentágono, como en tiempos de la Tuta

Ciudad de México.- En el Pentágono están preocupados por lo que ocurre en México en materia de seguridad y ello no augura nada bueno.

El jefe del Comando Norte del ejército de los Estados Unidos, el general Glen VanHerck, afirmó que entre un 30 y un 35 por ciento de nuestro territorio está controlado por el crimen.

Es poco probable que esto sea así, pero es preocupante que semejante diagnóstico se haga público, sin tener claros los parámetros por los que se llegó a esa conclusión.

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¿Qué puede estar ocurriendo? Es probable que no haya un intercambio de información adecuado, donde las agencias norteamericanas están operado sin la debida asistencia mexicana.

Es evidente, por lo demás, que no hay confianza en las autoridades mexicanas, porque de otra forma no se harían ese tipo de caracterizaciones por lo que pueden significar en la relación bilateral.

Lo que está diciendo el general VanHerck es que no hay control territorial y ello es una de las premisas que describen a los estados débiles.

Esto se suma al informe de la DEA que revela que la venta y distribución de drogas en EEUU es producto de la acción de los cárteles mexicanos.

El tema del control territorial no es no es nuevo y en el pasado se enfrentó con la creación de la Gendarmería, una división de la Policía Federal que tenía la misión de recuperar los espacios que hubieran caído en manos de los bandidos.

En muchos casos no fue sencillo, porque las organizaciones delincuenciales se arraigan en la población, aumentado la densidad criminal y complicando la actuación de la autoridad.

Un ejemplo fue Michoacán, donde los responsables de la seguridad a nivel nacional, decidieron respaldar a los grupos de autodefensas para enfrentar a la Familia Michoacana (FM).

En 2013 había zonas donde la FM controlaba a las presidencias municipales, a sus policías y decidían como se utilizaba el dinero público, a quién se contrataba y a quién no. Brindaban seguridad a la población, pero al mismo tiempo la extorsionaban.

Dar con los responsables de esta lastimosa situación resultaba complejo, pero la información que proporcionaban las autodefensas resultó invaluable para lograr detenciones como la de Servando Martínez “La Tuta”.

La apuesta fue muy elevada y sus resultados dudosos, porque si bien se logró desmantelar a células muy peligrosas, se hicieron alianzas con individuos y pandillas que luego establecieron pautas similares a las que combatieron.

¿En la actualidad qué se está haciendo? ¿La Guardia Nacional es eficiente en este aspecto?

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