El PRI no tiene remedio

Ciudad de México.- El miércoles por la noche se dieron a conocer las listas de candidatas y candidatos del PRI a la Cámara de Diputados.

Como en los viejos tiempos, los primeros en las listas son el presidente del partido, Alejandro Moreno Cárdenas, y la secretaria general, Carolina Viggiano.

Ambos, por su posición en las listas, tienen asegurada una curul en la próxima Legislatura. Pero ¿para qué quiere Moreno Cárdenas ser diputado?

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Su objetivo es la candidatura presidencial en 2024. Sigue los pasos de Roberto Madrazo, quien utilizó la estructura del partido para darle rienda suelta a sus ambiciones personales.

La experiencia del tabasqueño, quien quedó en el tercer lugar en la elección que en 2006 ganó el panista Felipe Calderón, no le basta a Moreno Cárdenas para darse cuenta de que impulsar su candidatura presidencial desde la dirigencia del partido, no es una buena idea.

Bueno, el llamado Alito tampoco voltea a ver lo que pasó enel PAN en 2018. Ricardo Anaya, como dirigente del partido, se impuso como candidato presidencial y sacó la peor votación en la historia del blanquiazul.

Moreno Cárdenas rendirá protesta como diputado e inmediatamente solicitará licencia para continuar en la presidencia del PRI preparando su candidatura. 

En 2023, cuando concluya su periodo, asumirá la diputación. Continuará con los reflectores encima y anunciará su ambición presidencial.

Con una baraja muy corta, en el PRI la lucha por la candidatura presidencial sería entre dos –ninguno, hasta ahora, con posibilidades de triunfo–. Uno, el propio Alito y el otro sería el senador Miguel Ángel Osorio Chong, a quien, cada que se mueve, el gobierno le saca un expediente sobre su paso en la Secretaría de Gobernación.

Para nadie es un secreto que, en la contienda interna del PRI en 2019, el campechano tuvo la bendición del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien inclinó la balanza para que Moreno Cárdenas fuera el elegido. 

Los gobernadores priistas, acostumbrados de obedecer a los presidentes, operaron para encumbrarlo en el edificio de Insurgentes Norte.

El PRI huele a rancio y no entiende. De seguir igual, su futuro a mediano plazo es su extinción.

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