Despedida, aspiración y pleitesía en el Quinto Informe de Mancera ante la ALDF

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Alberto Cuenca Reportero en Capital CDMX

Ciudad de México.- Despedida, aspiración y pleitesía. Esas tres palabras definen lo que este domingo ocurrió en la sede de la Asamblea Legislativa del DF (ALDF) durante el que, posiblemente, fue el último informe de labores de Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno.

Quinto informe de Gobierno. 50 aplausos en esa hora y 17 minutos que duró el discurso del mandatario. Un aplauso cada minuto y medio, aproximadamente, y en medio de todas esas palabras que daban cuenta de logros y autocomplacencias, estaban definidas las aspiraciones de quien pretende convertirse en el candidato presidencial del Frente Ciudadano por México.

Despedida

En la tribuna del recinto legislativo, en ningún momento Mancera mencionó la palabra “adiós”, ni dijo un “me voy”. No hacía falta, porque todos los presentes en el recinto de Donceles y Allende sabían que el Jefe de Gobierno va en pos de “la grande”. La mayoría de los ahí reunidos lo avalaron y respaldaron, porque son ya parte de ese Frente.

El jefe de Gobierno hablaba en pasado, de lo que hizo, pero ya no de lo que hará al frente del gobierno de la Ciudad.

“Han sido 5 años de hechos, no de cálculos políticos. Estoy convencido de que lo que hice y las decisiones que tomé fueron pensando en el desarrollo sustentable de nuestra ciudad. En el recuento de lo realizado siempre he colocado el interés de los demás por encima del propio”, dijo a los invitados especiales, integrantes de su gabinete y a 65 diputados locales congregados en el recinto de Donceles y Allende.

Se dijo privilegiado por haber formado parte de la historia de la ciudad y de sus transformaciones, muchas de las cuales, agregó, se lograron porque corrigió errores del pasado.

Se reconoció a sí mismo como una persona que no es perfecta, pero más allá de imperfecciones “mi vocación de servicio no se agota con el término de ningún encargo. Mi convicción es la política ciudadana, mi compromiso la democracia participativa, sin compromisos oscuros, sin mirar al pasado, sin ataduras ideológicas o cadenas en el pensamiento, sin dogmas ni rencores, con apertura seguiré sirviendo a la gente”, expuso entre uno de los tantos aplausos que le brindaron amarillos, azules, verdes, tricolores, turquesas y naranjas.

Para Mancera el camino del éxito político está en trasladar lo que se logró en la Ciudad hacia un verdadero proyecto de nación, pues aseguró que esa es la vía hacia el progreso y hacia la construcción de un México justo, incluyente y próspero. Testigos atentos de lo que decía eran los líderes nacional, del PRD, Alejandra Barrales; del PAN, Ricardo Anaya; de MC, Dante Delgado; y de Nueva Alianza, Luis Castro. Junto a ellos permanecía, quien se perfila para ser coordinador de la campaña presidencial de Mancera y quien mañana renuncia como secretario de Movilidad, Héctor Serrano. 

De todos los presentes en el salón de sesiones de la ALDF, los únicos que se mantenían inmutables eran los 19 legisladores de Morena y tres de sus jefes delegacionales que acudieron a esta ceremonia. No estuvo aquí el polémico jefe delegacional de Tláhuac, Rigoberto Salgado, pero sí el controvertido jefe delegacional en Cuauhtémoc y casi ex morenista, Ricardo Monreal.

Aplaudían también los nueve gobernadores que acudieron como invitados especiales. Estaban Alfredo del Mazo, del Edomex; José Rosas Aispuro, de Durango; Silvano Aureoles, de Michoacán; Graco Ramírez, de Morelos; Alejandro Moreno, de Campeche; Arturo Núñez, de Tabasco; Tony Gali, de Puebla; Rolando Rodrigo Zapata, de Yucatán, y Marco Antonio Mena, de Tlaxcala.

Aspiraciones

A cargo de hablar a nombre de la bancada del PRD durante el posicionamiento de los grupos parlamentarios, un exacerbado diputado Mauricio Toledo destacaba genialidades de la administración de Miguel Ángel Mancera. Comparaba lo logrado en estos cinco años con lo que se alcanzó en administraciones anteriores.

Ponía el dedo en la llaga cuando aseguraba que Mancera nunca dicto línea al órgano legislativo, lo que provocó que muchos miraran de reojo. Dijo que hace varias legislaturas, cuando Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno, el tabasqueño sí le hablaba por teléfono celular a quien entonces era el líder de la ALDF, Armando Quintero, para ordenarle dar marcha atrás a leyes como la de Sociedades de Convivencia.

Toledo parafraseó a Vicente Guerrero. Dijo que para el PRD la patria es primero y que por eso el partido del sol azteca está dispuesto a construir los acuerdos necesarios para cambiar al país, junto con el PRI, el PAN y el Movimiento Ciudadano.

Enaltecía a tal grado a Mancera que ni cuenta se dio cuando, al solicitar un minuto de silencio por quienes fallecieron a causa del sismo del pasado 7 de septiembre, dijo que había sido un movimiento telúrico de 8.2 ¡por ciento!

Pero el yerro no lo inhibió para congratularse con sus jefes políticos. “Gracias al Jefe de Gobierno y a Héctor Serrano, que por cierto, señor Secretario, le deseo lo mejor en el camino para seguir apoyando a Miguel Ángel Mancera rumbo a la Presidencia de la República”, decía un eufórico Toledo, quien remataba su discurso advirtiendo que en el salón de sesiones de la ALDF se encontraba quien a lo mejor se convertiría en el próximo Presidente de la República.

Claro que el polémico ex delegado de Coyoacán se refería a Miguel Ángel Mancera, aunque varios de los asistentes hicieron muecas, pues hoy el edificio de la ALDF estaba a rebosar de aspiraciones.

Ahí, por ejemplo, estaba el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien le late su corazón por ser el abanderado priista; pero también estaba Ricardo Anaya, el dirigente nacional del PAN que se perfila como uno de los adversarios de Mancera para buscar la Presidencia a través del Frente Ciudadano por México.

Los suspirantes abundaban, aunque a muchos de ellos su corazón les late por la Jefatura de Gobierno. Ahí estaban, juntos pero no revueltos, Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum y Alejandra Barrales, quienes prefirieron no saludarse a pesar de que unas cuantas hileras de sillas los separaban.

De entre ellos el que más reflectores y atención jaló fue Monreal. Al finalizar el informe de Mancera, muchos y sobre todo los perredistas, buscaban la foto con el delegado en Cuauhtémoc.

Los hermanos Julio Cesar e Israel Moreno, dueños de los hilos y de las decisiones en la delegación Venustiano Carranza, posaban para las cámaras junto al jefe delegacional en Cuauhtémoc y al líder de la ALDF, Leonel Luna. Un irónico Monreal les decía: “No tengan miedo, vengan a tomarse la foto conmigo, no pasa nada”.

Pleitesías

Las reverencias de este domingo hacia Miguel Ángel Mancera no llegaron exclusivamente del PRD. Legisladores de otros partidos se encargaron de enarbolar los éxitos del mandatario capitalino.

Sorprendieron las palabras de quien ha sido un combativo legislador del PVEM. El diputado Fernando Zárate hablaba en tribuna a nombre de su grupo parlamentario para destacar los logros en materia de movilidad, transporte y seguridad.

Zarate se lanzó entonces contra Morena y contra su líder nacional. “¿Hacia dónde se va a dirigir el odio, el hartazgo, el cansancio y el fustigue? Se está dirigiendo, y pareciera que hoy más que nunca está teniendo atracción uno de los candidatos, tercera vez, candidatos que provocan a partir de un complejo personal toda una narración política para capitalizar y buscar ese cambio. ¿Los cambios se buscan de esa manera, con esa naturaleza y con esos fines de destruir un sistema? Porque ya ha desdeñado a las instituciones, los ha calificado a todos de corruptos, a todos los que hemos construido esta ciudad, a todos nos ha calificado de ignorantes, de torpes, de inútiles. Él es el único que tiene razón”, dijo el del PVEM.

Acusó a los de Morena de no ser tolerantes a la crítica. “Aquí se enoja el que está en Xochimilco (Avelino Méndez), también la que está en Tlalpan (Claudia Sheinbaum), sí está aquí por cierto, pero el que está en Tláhuac no. ¿Por qué no está? ¿Cómo nos ha elevado la inseguridad en Tláhuac, cuál ha sido el verdadero problema? Confrontemos unas ideas si ese es el cambio. También está aquí alguien que ya entendió que ese cambio no era cierto, y entre nosotros también está el futuro o futura jefa de gobierno”, soltó el asambleísta de oposición.

Otro opositor que habló bien de los logros del gobierno de Mancera fue el reciente nombrado presidente de la Mesa Directiva de la ALDF y coordinador de los diputados del PAN, Jorge Romero, quien argumentaba que no es indigno reconocer los logros de un gobierno, aunque sea de un color distinto.

Le extendió al jefe de Gobierno un reconocimiento público a nombre del órgano legislativo por los cinco años de su administración a quien, de paso, tuteó. “Yo sé cuál ha sido, Miguel, el nivel de tu sacrificio personal, familiar, que para quien me entiende, entiende que no hay un sacrificio más duro, más sagrado por este gobierno ininterrumpido por 5 años”, le dijo Jorge Romero.

“Más allá de cualquier formalidad política, por un mínimo de cortesía personal todo el mundo se merece un reconocimiento a su esfuerzo humano, y más cuando el esfuerzo del Jefe de Gobierno fue, como ya se dijo, entre otras cosas, coordinar a miles y miles de mujeres y de hombres que han trabajado por esta ciudad”, remató el panista.

Poco antes de la tres de la tarde terminó la sesión solemne de la ALDF en la que se recibió el informe del gobierno y donde la única posición discordante fue la del coordinador de los diputados de Morena, César Cravioto, quien acusó que el camino marcado por Mancera para hacer gobierno fue el de las ambiciones, la corrupción y el atropello de derechos.

Denostó las cifras alegres en materia de seguridad pública y la venta, como un botín, del espacio público y de las áreas verdes. Irónico, dijo que un logró de este gobierno es que pasamos del “adopta un bache al adopta un socavón”, y lamentó medidas como las fotomultas y el llamado “predialazo”.

“Hoy hacer política o actividades sociales sin el consentimiento de los delegados de Coyoacán, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa, se ha vuelto una tarea peligrosa y las agresiones no cesan. La respuesta del gobierno capitalino es: ´Así son los delegados, qué se le puede hacer´. Por cierto, ahora que está por iniciar el proceso electoral responsabilizamos al Gobierno de la Ciudad y a las delegaciones perredistas por las agresiones que pudieran sufrir nuestros compañeros en nuestro genuino derecho de hacer política”, dijo Cravioto.

Excedido en su tiempo para el uso de la palabra, el diputado de Morena fue conminado por Jorge Romero a terminar, pero Cravioto continuaba.

En medio de la rechifla y gritos de algunos diputados del PRD, que pedían se le apagara el micrófono, el asambleísta del Movimiento de Regeneración Nacional alcanzó a soltar: “Este mal gobierno está viviendo sus últimos días. La ciudad no merece que se esté jugando a los cálculos políticos. La ciudad y su gente merecen que se quede alguien a gobernar de tiempo completo. Si el Jefe de Gobierno quiere apostar a una candidatura, que pida licencia definitiva, no temporal”.

A Cravioto le apagaron el micrófono, porque hoy la tribuna del órgano legislativo estaba apartada para la lisonja, el aplauso, la aspiración y la despedida.

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