Descubren anomalías oculares en pacientes graves de Covid-19

Ciudad de México.- De acuerdo con un estudio publicado en la revista Radiology, hay pacientes que, tras la enfermedad por Covid-19, pueden desarrollar anomalías oculares.

El artículo de la revista se señala que a pesar de que el Covid-19 ataca, principalmente, a los pulmones, ya se había señalado que también podría estar relacionado con conjuntivitis y retinopatías. Lo cual podría traer como consecuencia, a largo plazo, la pérdida de la visión.

Los científicos apuntaron que estas anomalías oculares se detectaron a través de exámenes con imágenes por resonancia magnética (IRM) en pacientes que enfermaron gravemente de Covid-19.

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El estudio realizado por la Sociedad Francesa de Neuroradiología analizó a 129 pacientes con Covid-19 grave.

Arrojando como resultado que, 9 de los pacientes, equivalentes al 7 %, mostraron anormalidades en el globo ocular. Y los exámenes de IRM encontraron uno o más nódulos en el polo posterior del globo. Ocho de esos nueve pacientes habían pasado tiempo en la unidad de cuidados intensivos por Covid-19.

Asimismo, los 9 pacientes tenían nódulos en la región macular, el área en el fondo del ojo donde opera la visión central. Mientras que ocho de ellos tenían nódulos en ambos ojos.

Por su parte, los investigadores señalaron que se desconoce, hasta el momento, por qué se forman esos nódulos. Mas consideran que se podría relacionar con la inflamación que provoca el SARS-CoV-2, virus que detona el Covid-19 en las personas.

Sin embargo, el drenaje inadecuado de las venas de los ojos podría ser otro factor. Este problema se halla en pacientes que pasan tiempo en Cuidados Intensivos boca abajo o intubados. Siete de los pacientes que mostraron anormalidades oculares en el estudio habían pasado largos períodos en esa posición en la UCI.

Ante esto, los investigadores franceses recomendaron tomar en cuenta un examen ocular de todos los pacientes con Covid-19 grave para detectar los nódulos. Incluida la IRM de alta resolución.

De la misma forma, se recomienda una fundoscopía, que usa una lupa y una luz para inspeccionar el fondo del ojo. Así como la tomografía de coherencia óptica, una prueba no invasiva que produce una imagen tridimensional de la estructura del ojo.

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