Ciudad de México.- En el marco de la transición y alternancia política el pasado 17 de septiembre se instaló el primer Congreso de la Ciudad de México y con ello tomó fuerza la Constitución de la Capital CDMX, aunque ya era aplicable lo relativo a los temas electorales y están pendientes que entren en vigor algunos temas, el grueso de la Constitución son ya el marco jurídico de referencia de la actividad política, social, cultural, ambiental y tecnológica de la CDMX.
Ya iniciaron actividades las alcaldías de las 16 demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, antes llamadas delegaciones. Será en diciembre cuando inicie labores el gobierno que encabezará la Doctora Claudia Sheinbaum.
Ya hemos señalado que vivimos una crisis hídrica en muchas regiones del país, pero que los síntomas más severos se registran en la región hidrológico administrativa XIII, Aguas del Valle de México, en donde se encuentra nuestra querida capital.
A la creciente escasez de agua se suman, la mala calidad del liquido suministrado, los fenómenos de hundimiento y fracturamiento de suelo por la sobre explotación de los acuíferos, la aparición de socavones, el incremento de las inundaciones, la perdida de agua por ruptura en la red de distribución y los conflictos sociales por la demanda del vital liquido. Todos en su conjunto incrementan la vulnerabilidad e inciden en la violación al derecho humano al agua.
Será todo un reto, para el gobierno local y para las alcaldías, pasar de un escenario caótico y complejo a un escenario que permita garantizar lo que se estableció en el artículo 9, apartado F de la Constitución de la CdMx, el Derecho al agua y a su saneamiento: “Toda persona tiene derecho al acceso, a la disposición y saneamiento de agua potable suficiente, salubre, segura, asequible, accesible y de calidad para el uso personal y doméstico de una forma adecuada a la dignidad, la vida y la salud;” y “La Ciudad garantizará la cobertura universal del agua, su acceso diario, continuo, equitativo y sustentable.”
Ya la Jefa de Gobierno electa se comprometió a la descentralización y fortalecimiento del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, a incrementar en nueve mil millones de pesos la inversión del organismo operador de los servicios hidráulicos enfocados a un fuerte programa de sustitución de la red de agua potable para reducir perdidas.
Adicionalmente ha señalado como prioridad la recuperación y cuidado del suelo de conservación que permite la recarga natural del acuífero. Son apenas los primeros pasos de lo que deberá ser una política integral con visión de cuenca.
Revisando los compromisos de quienes estarán al frente de las alcaldías observamos que prácticamente todos hicieron referencia al problema del agua y se comprometieron a realizar acciones para su solución, sin embargo, ninguno señala programas integrales y mucho menos comprometen inversiones especificas. Quizás haya que esperar a que se instalen, nombren a su equipo de gobierno, revisen temas urgentes que les heredan los gobiernos que se van e inicien los trabajos de integración de su solicitud de presupuesto para el 2019, acompañados en esa responsabilidad por los Concejales.
No está de más recordarles que la Constitución de la ciudad les da la responsabilidad de “Elaborarán planes y programas de corto y mediano plazo, en concurrencia con los sectores social y privado, para desarrollo, inversión y operación de infraestructura hidráulica, agua y saneamiento” y en forma coordinada con el Gobierno de la Ciudad de México de “Ejecutar dentro de su demarcación territorial los programas de obras públicas para el abastecimiento de agua potable y servicio de drenaje y alcantarillado y las demás obras y equipamiento urbano en coordinación con el organismo público encargado del abasto de agua y saneamiento de la Ciudad de México; así como realizar las acciones necesarias para procurar el abastecimiento y suministro de agua potable en la demarcación”.
La reconstrucción, la seguridad pública y prevención del delito, la movilidad, el medio ambiente y la recuperación del espacio público serán temas que estarán presentes en las agendas de las alcaldías, con diferente orden de importancia, pero sin duda, un lugar preponderante deberán ocupar los temas relacionados con el agua y el drenaje en la agenda de quienes encabecen los gobiernos de cada demarcación.
Si bien es cierto que no hay una Ley de Aguas que corresponda integralmente a los mandatos de la Constitución capitalina en materia hídrica, también es cierto que la actual Ley de Aguas de la Ciudad de México define con claridad el ámbito de competencia de cada uno de los dos niveles de gobierno, la infraestructura primaria a cargo del gobierno de la ciudad y la infraestructura secundaria a cargo de los gobiernos de las demarcaciones. Los ciudadanos esperan gobiernos comprometidos con su responsabilidad, gobiernos que no salgan a dar explicaciones a manera de justificación cuando se presenten inundaciones, escasez de agua o socavones.
Así que Alcaldesas y Alcaldes, manos a la obra porque van en una carrera contra reloj en su responsabilidad de garantizar el derecho al agua y al saneamiento.
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