De la decadencia al desarrollo político

Ciudad de México.- El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sesionará este miércoles para concluir la calificación de la elección presidencial y, de ser el caso, aprobar la declaratoria de Andrés Manuel López Obrador como presidente electo, marcando un punto de llegada y al mismo tiempo, el inicio de un nuevo ciclo político en nuestro proceso de transiciones hacia una democracia plena.

Con esta determinación de la autoridad jurisdiccional, estaremos en condiciones de analizar políticamente aquello que cambiará o el objeto de las transformaciones, cuánto cambiará o el grado y la calidad de dichas modificaciones, y sobre todo, cómo se cambiará o las modalidades que adoptará esta fase. Si aceptamos que la democracia es la mejor forma de gobierno, deberemos asumir contemporáneamente que es necesario impulsarla y protegerla.

Todas las transformaciones implican procesos de ajuste para superar el viejo orden político. Al respecto, el historiador griego Polibio formula una de las más completas teorías de las formas de gobierno que la historia haya transmitido. Propone el enfoque de los ciclos políticos estableciendo una filosofía de la historia, según la cual el desarrollo acontece con cierto orden que se verifica por la sucesión recurrente de diversas constituciones, señalando que: “no todo gobierno de una sola persona ha de ser calificado inmediatamente como reino, sino sólo aquel que es aceptado libremente y ejercido más por la razón que por el miedo o la violencia”. De este modo, Polibio establece la contraposición entre un gobierno fundado en la fuerza y otro basado en el consenso, resaltando la diferencia que existe entre un poder ilegal y arbitrario, respecto a otro fundado en las leyes.

Desde tal perspectiva, el nuevo ciclo político representa la relación entre el ciudadano y las fluctuaciones periódicas del poder. Es el efecto derivado de las políticas ideológicamente partidistas que toda alternancia en el gobierno supone, de modo tal, que la actual decadencia política caracterizada por la degeneración de las instituciones y la incapacidad de sus estructuras, podrá ser sustituida por un desarrollo político caracterizado por la renovación de la participación ciudadana, el incremento de la ética igualitaria y por la reducción de los privilegios. En los modernos sistemas políticos el partido gobernante despliega su acción para el logro de su principal meta, que es mantener el poder el mayor tiempo posible. Las políticas que caracterizarán esta etapa del ciclo reformista, serán el marco en que se llevarán a cabo los procesos electorales de 2021 y 2024. El buscar y obtener el mayor número de votos debe ser la base para la continuidad en el poder.

No obstante, esta fase de nuestro desarrollo político requiere de una gobernabilidad capaz de compatibilizar y hacer congruentes las exigencias democráticas con las decisiones institucionales. El ciclo de la política que se abre en México necesita aumentar la capacidad sistémica para encontrar un equilibrio entre las expectativas de los grupos sociales y las respuestas del gobierno. Requiere de una persistencia estable, pero esto no será fácil porque la fase que inicia contará con diferentes actores e interlocutores, producto de los reacomodos que se observan en nuestro sistema de partidos. Además, queda por ver si el nuevo gobierno será capaz de ejecutar las políticas propuestas de manera adecuada.

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@isidrohcisneros

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