De Batman a Súper Barrio; del cártel inmobiliario a los narcodelegados, transitó el debate de candidatos a Jefe de Gobierno

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Alberto Cuenca Reportero en Capital CDMX

Ciudad de México.-En las dos horas que duró el debate oficial entre los siete candidatos a la Jefatura de Gobierno, Batman y Súper Barrio se cantaron un tiro; los buenos se dijeron muy buenos y los malos no existieron, porque todos se envolvieron en la bandera de la bondad, la experiencia y la honestidad, a pesar de que entre los abanderados predominaron las acusaciones de tener a la Ciudad y al país en el desastre.

Lo evidente también fue lo ocurrente, porque a la hora de hacer  propuestas no faltaron las ocurrencias, lanzadas con palabras entrecortadas, dichas con nerviosismo, entre fases erróneas y con límites de tiempo que dejaron a varios de los contendientes con la palabra en la boca y sin poder concluir sus ideas.

El debate tuvo un formato ágil, que contó como innovación con una bolsa de tiempo de cuatro minutos para cada uno de los dos temas abordados en este encuentro: urbanismo y sustentabilidad, así como seguridad y procuración de justicia. Cada bolsa de tiempo podía dividirse en segmentos a consideración y conveniencia de cada abanderado.

Fue en la primera bolsa de tiempo que el candidato del partido Humanista, Marco Rascón, el creador del personaje y luchador social Súper Barrio, apuntó sus ataques en contra del abanderado del PRI, Mikel Arriola.

“Yo creo que aquí falta el PRI, porque yo no sé a quién representa verdaderamente Mikel Arriola. Las propuestas de Mikel Arriola son la regresión en todo, pero sobre todo en urbanismo, sustentabilidad y seguridad. La Ciudad de México los echó en la época de Alfredo del Mazo que ahora gobierna con el hijo en el Estado de México en una catarsis de opacidad”, soltó Súper Barrio.

Dijo que Mikel representa la imposición de la especulación sobre la población y más aún de los intereses privados sobre los públicos, además de que atenta contra la inteligencia de la nueva Constitución que es generosamente incluyente.

“Mikel es un Duarte, un entreguista de la Casa Blanca de Duarte y de Las Lomas, un chapulín de la derecha a la ultraderecha y del calderonismo al peñismo. Está  unido a los que han corrompido a México, los que nos quitaron a los 43, los del terror contra los migrantes, los que ven indolentes el asesinato de los periodistas”, agregó Rascón, a quien todavía le faltaba la parte más ruda de su discurso.

Sin dedicar nada de este segmento para hablar de urbanismo y sustentabilidad, Rascón dijo que Mikel representa una sola forma de ser familia, de ser joven, de sexualidad y de religión, del que quiere mandar a los jóvenes a las prisiones. “Arriola está inspirado en Díaz Ordaz, es el joven halcón del 71 que odia el derecho a la manifestación, es el de la guerra sucia, es el que prefiere desaparecer a enjuiciar; es Batman; detesta los derechos humanos, la cultura y la diversidad, y es de los que no han fumado marihuana, pero se intoxican con las ideas de la derecha que son mucho más perjudiciales que cualquier otra y por eso andan en un perfecto mal viaje”, acusó el abanderado del Humanista.

Comparó a Arriola con Porfirio Díaz por ofrecer poca política y mucha administración; le dijo pequeño Limantour modernizador, porque grita desde el púlpito que esta Ciudad vive en el pecado, por lo que ni aquellos que apoyan a José Antonio Meade lo quieren.

La reacción del priista, convertido para entonces en Batman, fue menos que débil. Le agradeció a Súper Barrio que hubiera dedicado tres de los cuatro minutos de su tiempo para referirse a él. Soltó una propuesta que, agregó, seguro le caería muy mal a Rascón y esta es la regulación de las marchas, con modalidades de tiempo y lugar.

Mikel dijo que incluso desde niño recordaba a Marco Rascón bloqueando Paseo de la Reforma, ataviado como súper héroe, aunque lo contrario ha sido el daño generado con sus bloqueos a miles de personas. “No más afectaciones a las mayorías por personas como Súper Barrio, que fue su deporte favorito durante muchos años”, reviró el del PRI.

De Rascón la respuesta vino casi de inmediato, pues dijo que estaría bien una lucha libre de Súper Barrio contra Batman en algún momento, pero no alcanzó a decir más porque su tiempo se había consumido, aunque para esa altura del debate el abanderado del Humanista había ya cumplido su función de ser sparring y acallar a un Mikel Arriola que en un debate televisivo previo se había visto aguerrido y acelerado.

Y es que el ex director del IMSS venía en esa misma actitud enjundiosa que tanto le funcionó en aquel debate de la semana pasada en Televisa. Cuando esta tarde llegó a las instalaciones de Canal 11, en donde tuvo lugar el debate convocado por el Instituto Electoral, se aventó un discurso ante el tumulto de reporteros, fotógrafos y camarógrafos que cubrieron el encuentro, y fue el único que  concedió entrevista proclamándose ganador antes de que incluso comenzara el debate oficial.

En su primera intervención, Arriola hizo lo que se esperaba: atacar. Dijo que en 20 años de gobierno la calidad de vida de los capitalinos se ha deteriorado y agregó que tanto Claudia Sheinbaum como Alejandra Barrales representan la corrupción.

De la candidata de Morena, señaló que es líder del cártel de los narcodelegados, mientras que la del PRD lidera al cártel inmobiliario.

Si alguien más en este debate la hizo de sparring fue Purificación Carpinteyro, la abanderada de Nueva Alianza, histriónica, dirigió sus ataques a Sheinbaum y Barrales. Varias veces dijo que ambas, en vez de pedir el voto deberían pedir perdón a los capitalinos, por lucrar con las necesidades de los capitalinos, aunque enfocó sus baterías mayormente en contra de la de Morena, a la que le dijo que como secretaria de Medio Ambiente no hizo nada para evitar las invasiones en suelo de conservación ni para garantizar que los habitantes de esta Ciudad contaran con agua.

“Pero yo tengo la solución”, enfatizó Carpinteyro, quien habló de colocar en las calles un cemento permeable que permita la filtración del agua de lluvia a los mantos acuíferos, así como la instalación de cámaras de vigilancia de última generación que detectarían crímenes en tiempo real.

Los dichos de Carpinyero, se escuchaban muy similares a los de Alejandra Barrales, la abandera de la coalición Por la CDMX al Frente, que una y otra vez dijo que Claudia Sheinbaum, como secretaria de Medio Ambiente y como delegada en Tlalpan está reprobada.

Dijo que Sheinbaum, en Medio Ambiente, favoreció el uso del automóvil con los segundos pisos en vez de combatir la contaminación, mientras que como delegada en Tlalpan promovió la corrupción y fue responsable de la muerte de personas en el Colegio Rébsamen y en el Tecnológico de Monterrey durante los sismos de septiembre pasado.

Como ya había ocurrido en el debate de la semana pasada en Televisa, Sheinbaum acusó y lamentó que Barrales use aquella tragedia como centro de su campaña electoral. En cinco segundos que le quedaban de tiempo agregó que eso es vil.

La de Morena se vio esta vez menos tibia en responder a los ataques. Dijo que no puede otorgarse confianza en alguien que excede en 60 millones de pesos el patrimonio que además no reporta en sus declaraciones patrimoniales, en referencia a Barrales.

Tanto a Arriola como a Barrales les cuestionó que no hablaran de los problemas de inseguridad y de narco que se viven en el país o en delegaciones perredista como Alvaro Obregón, Venustiano Carranza y Gustavo A Madero. “Cómo te atreves a hablar del tema de los delegados cuando tu partido tiene sumido al país en la peor violencia que jamás se haya vivido; además, eres candidato a Jefe de Gobierno y no sabes que el mando de la policía y de la Procuraduría están en la Jefatura de Gobierno, no en las delegaciones”, le dijo la de Morena al del PRI.

En ese mismo tono, Sheinbaum le habló a Javier Solórzano, moderador en el debate, quien como parte del formato le cuestionó a la morenista que en materia de seguridad las demarcaciones gobernadas por ese partido dejaban mucho que desear. “Morena no gobierna la Ciudad, la gobierna el PRD, es importante que conozcas”, le dijo la candidata al periodista. 

A lo largo de dos horas del debate, la de Morena  no lo había mencionado, pero justo en sus conclusiones finales no perdió tiempo para decir que Andrés Manuel López Obrador ganará la Presidencia de la República porque va 22 puntos arriba en las encuestas.

Al final del encuentro, los siete candidatos contaron con un espacio acondicionado por el Instituto Electoral para ofrecer entrevistas. Por separado Sheinbaum y Barrales se proclamaron ganadoras del encuentro y del cercano proceso electoral, pero nada está dicho para nadie y menos en los resultados de este tipo de encuentros, pues los siete abanderados se verán las caras de nuevo el 26 de mayo y el 20 de junio, fechas programas para otros encuentros.

Los debates que están por venir ojalá le sirvan de experiencia a la candidata independiente Lorena Osornio, a quien le falta mucho por aprender en este tipo de dinámicas, ya que no lograba hilar discursos ni concluir ideas. El nerviosismo la dominaba. Sus propuestas se perdían en largos e incómodos silencios o enfrases entrecortadas y por más que intentaba mostrarse como una alternativa ciudadana no lo logró.

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