Covid-19: los candiles apagados de la Seguridad Nacional

Ciudad de México.- Dos temas ocuparon a las áreas de Salud y de Seguridad desde que se supo, hace un año, que la dispersión del Covid-19 sería incontenible: La atención hospitalaria y la obtención de una vacuna. 

Los temas van juntos, porque no existe solución si alguno de ellos fracasa o no es adecuado.

Ante las crisis lo primero que se pone a prueba es la capacidad logística y en situación que implica la atención directa de ello es todavía más complejo. Por ejemplo: ¿Hay suficiente existencia de cubrebocas? ¿Los que se fabrican en el país son los adecuados? ¿Los laboratorios están en capacidad de cubrir necesidad que se salen de los patrones tradicionales? ¿Hay médicos suficientes?¿Los centros de investigación cuentan con los recursos y el apoyo para hacer su trabajo?

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Por eso ahora vemos a países, como Estados Unidos o los que integran la Unión Europea, que están usando todo su poderío para  vacunar a sus ciudadanos y así lograr la inmunización.

No está resultando sencillo, porque la producción de vacunas está aún muy lejos de las necesidades de la demanda. Y sí, en efecto, están tratado de reservar la producción actual y la de los próximos meses.

En México las cosas no se hicieron bien y por ello somos uno de los países con mayor número de fallecimientos y en el caso de las vacunas al parecer no se rendirán mejores cuentas.

Es loable que el gobierno mexicano exija en las Naciones Unidas una distribución más equitativa de las vacunas, pero está condenada al fracaso, más allá de lo que se pueda paliar por medio del proyecto Covax,  porque ninguna de las grandes potencias puede darse el lujo de comprometer su seguridad y las de sus ciudadanos.

Al parecer las negociaciones que hizo nuestro país con los laboratorios no fueron lo suficientemente sólidas y ya está empezando a desatarse la preocupación por lo que puede ocurrir si no llegan las suficientes dosis en los próximos meses.

Es en estos momentos en los que deben estar añorando áreas de seguridad nacional con capacidad de análisis y que proveyeran de insumos adecuados para la toma de las decisiones. Si los hubo no les hicieron caso, aunque sospecho que nunca entendieron que el Covid-19 era el tema más importante para la seguridad nacional y que lo sigue siendo.

Nadie es responsable de la pandemia, pero hay que hacerse cargo de cómo se gestionó la emergencia y es ahí donde la propaganda no puede sustituir a la realidad por mucho tiempo.

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