Corregir tarde

Ciudad de México.- Hay una evidente desarticulación en el mensaje del gobierno.

No saben cómo manejar el tema de la pandemia y lanzan mensajes encontrados.

En una reunión con gobernadores, el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, advirtió que el plan de vacunación es nacional.

Marginaba así a los gobiernos estatales, que en ese momento enterraban cualquier posibilidad de adquirir vacunas contra la Covid. A través de Mauricio Vila, gobernador de Yucatán, expresaron su decepción.

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Sin embargo, el viernes –un día después de esa reunión–, el presidente Andrés Manuel López Obrador autorizó que la iniciativa privada y los gobiernos estatales compren vacunas.

Esto no es más que el reconocimiento de que el gobierno federal no puede solo. A pesar de que pudiera parecer una buena señal, llega tarde. Los laboratorios tienen comprometidas la totalidad de las dosis.

Quizá López Obrador en su intimidad -–jamás lo aceptará públicamente—esté aceptando su equivocación de no sumar a los gobiernos estatales en la estrategia de vacunación desde un principio.

Y también que su colaborador “estrella”, el subsecretarioLópez-Gatell, está más ocupado en la grilla que en atender el dolor que ha causado el virus a miles de familias.

Enero es el mes más letal y es necesario que todos contribuyan en el combate a una enfermedad que ha acabado con la vida de más de 150 mil personas. 

Permitir que la iniciativa privada y los gobiernos estatales puedan adquirir la vacuna es una decisión tardía y así lo señala la Alianza Federalista. Es difícil que consigan vacunas, al menos este año. 

La estrategia de vacunación de López Obrador está politizada y tiene tintes electorales. Los Servidores de la Nación no tienen nada que hacer en las brigadas ordenadas por el Presidente. Si este año no hubiera elecciones, seguramente no figurarían.

A pesar de que estamos en el momento de mayor letalidad, el presidente insiste en que se ve “una luz al final del túnel”. Desgraciadamente no es así. El tabasqueño engaña y se engaña.

Mientras no haya una estrategia de vacunación que haga un lado de la política electoral, no habrá luz y el túnel será mucho más largo.

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