Catherine Deneuve encabeza la lucha contra el Puritanismo Sexual

Ciudad de México.-   Con motivo de las recientes, y constantes, declaraciones de miembros del mundo del espectáculo, respecto al hecho de haber sido víctimas de abuso de poder, se creó el movimiento #TimesUp, que hace referencia a que ha llegado el fin del tiempo de los abusadores y cuya campaña fue presentada durante la pasada entrega de los Golden Globes.

Movimiento y denuncias que se han generado en medio de una atmósfera de suspicacia, ya sea por el encubrimiento y falso desconocimiento de nombres tanto de víctimas como de acosadores. Por ello, se presentó un manifiesto realizado desde la postura de un centenar de actrices e intelectuales francesas, cuyas principales firmas son de la actriz Catherine Deneuve y la escritora Catherine Millet, este manifiesto se opone abiertamente al movimiento #MeToo.

El manifiesto fue presentado en el diario Le Monde, las firmantes aseguran que las denuncias registradas en redes sociales, son una especie de cacería de brujas moderna, la cual no da la posibilidad de defenderse a los señalados, “Esta justicia expeditiva ya tiene sus víctimas: hombres sancionados en el ejercicio de su oficio, obligados a dimitir (…) por haber tocado una rodilla, intentado dar un beso, hablado de cosas íntimas en una cena profesional o enviado mensajes con connotaciones sexuales a una mujer que no sentía una atracción recíproca”, lo cual representa el regreso a una “moral victoriana”, oculta bajo “esta fiebre por enviar a los cerdos al matadero”, que no beneficiaría la emancipación de las mujeres, sino que estaría al servicio de los intereses de los enemigos de la libertad sexual, como los extremistas religiosos”.

Además, el manifiesto retoma el caso que comenzaría el destape de situaciones similares, al afirmar que, “Desde el caso Weinstein se ha producido una toma de conciencia sobre la violencia sexual ejercida contra las mujeres, especialmente en el marco profesional, donde ciertos hombres abusan de su poder. Eso era necesario. Pero esta liberación de la palabra se transforma en lo contrario: se nos ordena hablar como es debido y callarnos lo que moleste, y quienes se niegan a plegarse ante esas órdenes son vistas como traidoras y cómplices”, lo cual únicamente sirve para convertir a las mujeres en “pobres indefensas bajo el control de demonios falócratas”.

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