Cachito, cachito, cachito mío

Ciudad de México.- Vamos por el pedazo de cielo que el mesías nos endilgo desde que aplicó al decir que vendería el avión presidencial que compró el expresidente Felipe Calderón, pero estrenó el priista Enrique Peña Nieto a un costo desorbitante, hay que ver la charada claro y conocer a los 100 afortunados que obtendrán 20 millones de pesos del sorteo.

Escucharán a los gritones leyendo los números del “cachito’’ y las series del billete de lotería, mismo que en esta temporada de crisis sanitaria, económica, seguridad y demás regalado por el 2020 ayudará a retirarse, un bien inmueble o de plano crear su propio negocio o auto emplearse, dado que 50,000 nuevos empleos nuevos no sirven para nada.

Según el mesías Andrés Manuel López Obrador, presume que se vendieron un “resto’’ de cachitos, los cuales suman unos 2,000 millones de pesos, aunque hubo noticias que estaban regalando instituciones pedacitos, eso puede constituir un delito, se preguntaría a la acuciosa Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ya que anda tan apurada.

Lo que sí es loable, es que los recursos se destinen a la adquisición de equipo médico ante las desgracias que ha provocado el COVID-19, donde hasta ahora, no hemos conocido la magnitud de la desgracia, que en los hogares de unos 120 millones de habitantes las historias que se cuentan son tan diferentes, deprimentes y desgarradoras.

Al pasar del semáforo naranja a amarillo, por qué eligieron esos colores sólo ellos lo saben. Todos conocemos semáforos y sólo tienen tres: rojo, amarillo y verde, así que bueno, paciencia. Si se hace una revisión de estado por estado, saldrá a relucir cómo han sido los engaños, tranzas y simulaciones en México con la salud de los mexicanos.

Creo que celebrar en estos momentos no tiene ninguna razón, la bandera tricolor debería ondear a media asta, si fuera el razonamiento de un mandatario, ya no se diga estadista con tamaños de altura sería pedir mucho a estas alturas, mejor esperemos como ayuda a la salud el famoso sorteo del avión presidencial.

Este virus a terminado con cualquier anhelo de cura, se que aún no se puede hablar de un rebrote debido a que la pandemia no se ha frenado, pero con ese cambio de semáforo, millones de mexicanos se están yendo de pata de perro o de plano, reiniciar las pachangas y más este 15 y 16 de septiembre.

Esperemos que no haya un grito, pero de dolor.

Al menos no veremos el espectáculo Antorchista, que pretendía llevar a cabo el ocurrente presidente López Obrador, no hay forma de denominar las ideas que le surgen al señor fundador del Movimiento de Regeneración Nacional y ahora parrifo Morena, que con todo y pandemia, se siguen dando de catorrazos por el liderazgo nacional.

COMMODATO

La otra idea que no compro, porque nada más no tiene pies ni cabeza, es la de que en ocho semanas se podría frenar los contagios. Ese si hay que decir: “échame ocho de lengua por favor’’.

Los iluminados, que no se les cuestiona rango, experiencia y capacidad, pero decir, José Narro, Salomón Chertorivski, José Ángel Córdova Villalobos, Julio Frenk y doña Mercedes San Juan, que sí se puede, está por verse.

De ser cierto. Entonces hay que fusilarlos, vamos a rebasar los 70,000 decesos y apenas se les ocurre salir a la palestra y echar en cara al cuenta muertos, Hugo López-Gatell Ramírez, lo que lo dobló de risa por tan temeraria aseveración.

Que tengan un buen festejo en casa, los que puedan, otros seguiremos sufriendo las pérdidas.

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