Arafat: la muerte y el misterio

Ciudad de México.- El 12 de octubre de 2004, Yasser Arafat se sintió mal. Los dolores de estómago lo doblaban y en su entorno de colaboradores se supo que algo estaba fuera de control.

El líder de la Autoridad Palestina vivía encerrado y bajo sitio en las oficinas gubernamentales en Ramalá en Cisjordania. La relación con Israel pasaba por uno de sus peores momentos.

Logró viajar a Francia, gracias al apoyo del presidente Jacques Chirac, donde sería internado el 29 de octubre de ese año en el hospital militar de Percy.

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El 11 de noviembre a las 3.30 de la madrugada moriría el líder de la Organización para la Liberación de Palestina e iniciaría un expediente jurídico y policial de trascendencia internacional.

Sobre El caso Arafat ( L’ Affaire Arafat) escribió el periodista francés Emmanuel Faux un ensayo en el que explora las hipótesis sobre la muerte de uno de los personajes más relevantes de la historia de Medio Oriente.

Las posibilidades de que Arafat haya sido asesinado siempre estuvieron sobre la mesa. En su cuerpo se encontraron cantidades relevantes de Polinium 210.

Poco conocido hasta entonces, fue utilizado para matar en noviembre de 2006 a Alexander Litvienko, uno de los principales opositores al gobierno de Vladimir Putin en Rusia.

En 2010 se creó una comisión palestina para indagar las causas del deceso, la que está a cargo, aún ahora, de Tawfoq Tirawi, el antiguo jefe de los servicios de información.

En diciembre de 2011, la periodista norteamericana de la cadena Al Jazeera convence a Souha Arafat, la viuda, de solicitar la exhumación del cadáver para analizarlos.

El dueño del canal, con sede en Catar, es uno de los principales soportes financieros del grupo Hamas.

Los análisis científicos, en lo que respecta a Arafat, no fueron concluyentes. Laboratorios en Suiza determinaron que existía una amplia posibilidad de envenenamiento, lo que fue rechazado por peritos franceses que también hicieron pruebas. Los rusos fueron ambiguos.

La viuda de Arafat presentó una querella por asesinato ante las autoridades francesas. El caso continúa en instrucción a cargo del juez Jacques Gazeaux, quien también estuvo encargado del expediente de los empleos ficticios en la alcaldía de París, en contra de Chirac.

En Palestina están convencidos que Arafat no murió por causas naturales y el propio Tirawi afirma que solo falta identificar a los autores materiales.

En ello coincide, de algún modo, el propio Faux, aunque con todos los cuidados que se desprenden de un análisis riguroso.

*Publicado en La Razón el 7 de febrero de 2015.

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