Ciudad de México.- Este fin de semana concluirá la primera etapa de vacunación a adultos mayores en la Ciudad de México (CDMX) que, a diferencia de otros estados, ha estado bien organizada y con tiempos de aproximadamente una hora.
Debe reconocerse la capacidad de organización de la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y de la secretaria de Salud capitalina, Olivia López Arellano, quienes hicieron a un lado los actos propagandísticos y se pusieron a trabajar.
Sheinbaum hizo bien en desmarcarse de la estrategia del subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, quien perdió toda proporción de la realidad y enfrenta la pandemia con graves errores que han provocado la muerte de más de 200 mil mexicanas y mexicanos, oficialmente reconocidos.
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El error de la jefa de Gobierno fue plegarse a las instrucciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien la obligó mantener abiertas las actividades después del Buen Fin —noviembre pasado— cuando empezaron a incrementarse alarmantemente los contagios de Covid en la Ciudad de México.
El problema se agravó después de diciembre, cuando los capitalinos decidieron salir de vacaciones y celebrar reuniones de Navidad y fin de año. La capital del país debió volver a semáforo rojo por varias semanas.
Sin embargo, las autoridades capitalinas tuvieron la capacidad y la decisión de reaccionar a contracorriente del gobierno federal. Instalaron módulos para realizar pruebas rápidas para detectar contagios y evitar que estos se incrementaran todavía más.
Incluso, su estrategia de comunicación es radicalmente opuesta al gobierno federal. Mientras los López —Obrador y Gatell— se dedican a criticar y responsabilizar a los medios de sus errores, en el gobierno capitalino abren todos los días la información sin echar culpas.
Eduardo Clark, director de Gobierno Digital del gobierno de la CDMX, sale todos los días a entrevistas—sin distingos de ningún tipo— a informar el número de contagios, la ocupación hospitalaria y la estrategia para hacer frente a la pandemia.
Hay una diferencia importante entre las autoridades federales y de la CDMX. Esta última, la más grande del país, logró en solo unos meses vacunar a los adultos mayores.
Lo hizo sin estridencias, sin protagonismos y sin estampas religiosas.
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