¿Y el outsorcing apá?

Ciudad de México.- Mientras la Fiscalía General de la República (FGR), con Alejandro Gertz Manero al frente busca al empresario poblano prófugo de la justicia, Raúl Beyruti Sánchez, con ficha roja en la mano, en la Ciudad de México, Marco Antonio Reyes Saldívar, sigue echando mano de esa triquiñuela del outsourcing.

Mecanismo que impulsó Beyruti Sánchez “El Rey del outsourcing’’ en 1981 y se hizo deporte nacional en detrimento de los trabajadores, el cual sigue aplicando la Unión Nacional Independiente de Trabajadores y Empleados de Limpieza (UNITYEL), que explota a personas de la tercera edad, quienes deberían estar recibiendo la vacuna contra el Covid-19.

Nos cuentan los que saben, que es uno de los líderes del “cartel’’ de empresas tranzas, Reyes Saldívar y desde una posición ventajosa mueve los hilos de las licitaciones públicas en ese sector de la limpieza.

Le dicen “El Zar de la limpieza’’ quien ha acumulado tal influencia, que desde su sindicato presiona a autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la propia Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), para que hostiguen a empresas competidoras a las de su familia.

Las denuncias en su contra no han sido tomadas en cuenta por las autoridades capitalinas o federales a lo largo de casi 10 años por sus empresas que son representadas por sus familiares directos en UNITYEL, la mayoría por prácticas anticompetitivas y abusos contra sus trabajadores.

En concreto es RAPAX S.A. de C.V., actual proveedora de los servicios de limpieza en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en la que tiene registrados ante el IMSS únicamente al12% de la plantilla contratada.

Otra es OCRAM SEYER a la que le fue adjudicado en diciembre pasado el contrato de limpieza de las oficinas de la Lotería Nacional por un monto de 2 millones 467 mil pesos, pese a que al igual que RAPAX, no tiene registrados a la totalidad de su plantilla laboral ante el Seguro Social.

Las malas prácticas han llevado a Reyes Saldívar a ser pionero en la creación de esquemas como el escalonamiento de precios utilizando empresas fachada para simular competencia, o cobrar a las dependencias los servicios como si el 100% de trabajadores estuvieran debidamente registrados.

En momentos de la urgencia sanitaria y de recursos, el responsable del IMSS, Zoé Robledo, y la secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde, debieran tomar cartas en el asunto, como habían anunciado el año pasado actuarían sobre quien dice trabajar en favor de los derechos de los trabajadores de limpieza.

COMMODATO

El máximo órgano fiscalizador del país, aún cuando depende del Poder Legislativo, la Auditoria Superior de la Federación (ASF) validó la frase del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, “Yo tengo otros datos’’, con lo que soluciona cualquier problema que no comparta.

Ahora quién le va a creer al auditor David Colmenares después de haber cometido el peor error contable, al errar con el costo del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, simple y llanamente porque se le hizo bolas el engrudo con la Cuenta Pública de 2019.

Ahora quién defenderá a ese órgano autónomo, cuando su propia cabeza la regó y ahora no necesitará más andanadas de parte del López Obrador, será otra institución que se extinga sin que el Presidente haya hecho ningún esfuerzo.

¡Que no! 

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