¿Tienes depresión? Puede ser fatiga

Ciudad de México.- El académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Óscar Prospero señaló que el síndrome de fatiga crónica (SFC) puede ser confundido con trastornos tales como depresión, ansiedad o angustia debido a la dificultad médica para diagnosticarlo.

El académico detalló que los síntomas del SFC son confundidos con síntomas de otras enfermedades, entre estos señaló: dolor de cabeza, articulaciones, músculos y garganta; ganglios linfáticos inflamados y sensibles al tacto; poca concentración y sueño no reparador.

Puntualizó que este extraño padecimiento –también llamado encefalomielitis miálgica-  es en extremo incapacitante no contemplado en las leyes laborales, en principio, por la dificultad que representa diagnosticar a los pacientes con este síndrome.

“Se cree que la condición invalidante de este síndrome y sus consecuencias hacen que los pacientes se estresen y el síndrome empeore. Es un ciclo que se retroalimenta y que es indispensable romper”, sentenció.

Esta enfermedad, en muchos pacientes, se presenta como una comorbilidad –acompañada por una o más enfermedades-. “Con frecuencia los pacientes con SFC son ansiosos y aprensivos, por lo que es probable que padezcan también depresión”, agregó.

Los principales afectados, detalló el universitario, son mujeres con una proporción de dos por cada hombre; así como la población de más de 40 años pues entre 2 y 3% dentro de este rango de edad lo padece en Latinoamérica, sin que los adolescentes estén exentos.

Tratamiento

El investigador del Departamento de Fisiología mencionó que el tratamiento es relativamente sencillo cuando el SFC es diagnosticado correctamente y a tiempo, sin embargo, cuestionó los criterios que indican la observación de los síntomas por seis meses para obtener un diagnóstico positivo.

“Si se presenta uno o varios síntomas, debe atenderse de inmediato y someterse a estudios; cuatro semanas son suficientes para tener un diagnóstico, porque es posible que al cabo de seis meses ya haya consecuencias, pues el SFC tiene gran impacto personal, familiar y social”, aclaró.

El tratamiento, según el investigador, debe consistir en terapia cognitivo-conductual para ayudar al paciente a percatarse de cómo vive su padecimiento, “pueden cambiarse los pensamientos de pacientes ansiosos, deprimidos o con otro trastorno psiquiátrico”, ahondó.

Agregó que se debe incluir el ejercicio, aunque se sufran dolores y fatigas; también, recomendó alentar a quienes sufren del síndrome a caminar pues el ejercicio leve es determinante en su mejoría. Indicó que cuando una persona con SFC se queda en casa, el padecimiento se agrava y se libera la hormona cortisol –como respuesta al estrés.

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