Lozoya y sus contratos con Odebrecht. Emilio Lozoya fue un pésimo director de Pemex, pero está resultando un excelente testigo colaborador. Ya sabemos cómo suelen terminar ese tipo de “ayudas” a los procesos, pero los fiscales recurren a ellos para ganar tiempo o para cumplir instrucciones.
Hasta este momento, Lozoya ha sorteado las imputaciones en su contra esparciendo chismes e implicado a diversos personajes de la vida política.
Las implicaciones de sus dichos han sido modestas, hasta ahora, que está en la mira de la Fiscalía General de la República (FGR) Ricardo Anaya, el ex candidato presidencial del PAN.
Es más, con excepción del ex senador panista, José Luis Lavalle, nadie está en prisión y es que las aportaciones de Lozoya tienen impacto mediático, pero suelen carecer de empaque jurídico. Es decir, ayudan al relato sobre la corrupción en el pasado, pero no aportan pruebas que sirvan para actuar en el presente.
El problema está en el origen: los sobornos de Odebrecht para lograr contratos con Petróleos Mexicanos.
La compañía brasileña dispuso de unos 10 millones de dólares para aceitar las cosas y establecer negocios fructíferos. Encontraron la vía adecuada, el propio Lozoya, quien admite que recibió el dinero.
Los directivos de Odebrecht admiten, en diversas instancias judiciales, la mayoría en el extranjero, que sobornaron a funcionarios mexicanos y que lo hicieron para obtener contratos.
¿Y la Reforma Energética? Eso no está en sus testimonios, aunque sí en los del propio Lozoya, muchos años después, donde quiere escabullirse de su propia responsabilidad.
¿Qué ocurrió? Odebrecht obtuvo cuatro contratos con Pemex. El primero de ellos es de 2010 y se relaciona con el suministro de etano con la filial Braskem.
Lozoya y sus contratos con Odebrecht
En febrero de 2014 se firmó un segundo contrato para aprovechamiento residual en la refinería Miguel Hidalgo-Tula 1. El contexto es interesante, ya que desde el 10 de diciembre de 2013 la dirección de Pemex Refinación avaló la excepción de la licitación y la adjudicación fue directa. Lozoya empezaba a operar sus acuerdos.
En noviembre de 2014 se firmó el tercer contrato, por adjudicación directa, para la Fase 1 del proyecto de conversión de residuales de la refinería de Salamanca.
También en noviembre de ese año, se adjudicó de modo directo, la obra para la construcción de accesos a obras externa. Para el proyecto de aprovechamiento de residuales de la refinería Miguel Hidalgo-Tula 2.
En realidad no hay nada nuevo bajo el sol. Desde el 25 de enero de 2017 , Pemex presentó una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) derivada de la indagatoria que realizaron la Secretaría de la Función Pública y la Unidad de Responsabilidades de Petróleos Mexicanos.
En ese momento lo que estaba en cuestión era la forma en que se adjudicaron los contratos y las sospechas que ya pesaban sobre el propio Lozoya, ya para ese momento, ex director de la empresa petrolera.
Lo que ocurrió en Pemex respecto a Odebrecht coincide con una maquinaria corrupta que utilizaron en diversos países y que ha significado escándalos y destrucción de carreras políticas. Lo que sería novedoso es que hayan querido influir, en la aprobación de una reforma constitucional que no era indispensable y acaso ni relevante para sus intereses.
Lozoya y sus contratos con Odebrecht. La FGR debería centrarse más en su testigo estrella, si de lo que se trata es de esclarecer la verdad para que se haga justicia. Lo dudo, porque el interés de la coyuntura mexicana genera más dividendos en el pleito político, que en las indagatorias sustentadas.
Publicado en etcétera el 26 de agosto de 2021. Link: https://www.etcetera.com.mx/opinion/lozoya-sus-contratos-odebrecht/
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