López Obrador, la cúspide del contraste

 

Son cuatro años de vértigo. El presidente López Obrador ya esbozó el legado de su mandato: El Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas, el Banco del Bienestar, la Guardia Nacional y las pensiones a los adultos mayores.

Eso es lo que quiere comunicar cuando el calendario marca la obligación de rendir su Informe de Gobierno.

Hace sentido. El AIFA tiene una utilidad innegable, ya que representa uno de los picos más elevados del relato contra el pasado neoliberal.

“No somos iguales”, dice el titular del Ejecutivo y señala que es el mejor aeropuerto de Latinoamérica, que se ahorraron 100 mil millones de pesos, que se hizo en dos años y medio y por ingenieros de la Defensa Nacional.

No se ahorró nada y no servirá para resolver la conectividad aérea que se requiere en la Ciudad de México.

Está muy lejos de ser el mejor del continente, pero el discurso es para los que no viajarán en avión o lo harán muy poco. López Obrador les habla a sus respaldos más duros.

La refinería de Dos Bocas no refina por el momento.

Además, es un despropósito en un momento donde el mundo transita a las energías limpias.

Pero el tema para la 4T es otro, es el lazo con las gestas del pasado, con la expropiación de las empresas petroleras y con la quimera de que Petróleos Mexicanos vuelva a ser lo que fue.

López Obrador, la cúspide del contraste  

No hay diagnóstico ni perspectiva en términos económicos, pero sí una vuelta a los resortes del nacionalismo, al corte tajante con el pasado.

El Banco del Bienestar es más bien una suerte de amuleto, de conjuro contra las rigideces del Fobaproa, uno de los temas en que el presidente ha sido más crítico a lo largo de los años. Es un corte. Sus bancos y los nuestros.

En Bienestar no habrá robos ni esquilmará al pueblo, a los pensionados.

Es también una de las ventanillas para el reparto de los apoyos sociales, para que no quede ni una duda de donde proviene el dinero y gracias a quien.

La Guardia Nacional es la expresión de los agobios de los últimos años, la renuncia a la construcción de una policía de carácter civil, y será la fuente de encontronazos con los poderes legislativo y judicial.

En términos del relato de la transformación, en cambio, es una pieza que se apoya en el prestigio de las Fuerzas Armadas y que ataja críticas y discusiones. Es el pueblo uniformado.

Los adultos mayores son el eje de sus éxitos, la piedra de toque del lopezobradorismo.

Lo vio con claridad desde el gobierno de la Ciudad de México y ahora lo proyecta con potencia y claridad.

Es un sector que conquistó y que difícilmente le será arrebato por otra fuerza política.

Pareciera que todos los apoyos provienen de su voluntad, y así lo creen muchos, aunque las políticas de respaldo a la tercera edad tengan una larga data, de altibajos, pero también de logros.

Cuatro años. A partir de ahora la estrategia será ya la de lograr que lo suceda uno de los suyos.

Las reformas constitucionales en materia electoral y de la Guardia Nacional son dudosas, pero abonaran en favor de sus objetivos. López Obrador sabe a quién le habla.


*Publicado en Forbes, 30 de agosto de 2022.

 

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