Las tinieblas y la democracia

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Las tinieblas y la democracia. La democracia mexicana se encuentra en riesgo. Lo dice José Woldenberg.

Quienes conocen la obra y trayectoria de quien fue el primer presidente consejero del entonces Instituto Federal Electoral, conocen de la mesura y cuidadoso en sus afirmaciones.

Woldenberg no juega con las palabras, sabe de su utilidad y las cuida.

Tiene, además, la memoria de los participantes en el entramado que hizo posible la llegada de elecciones donde se respeta el voto y que entre otras cuestiones derivó en un mosaico plural y diverso que se muestra en el control del poder político a lo largo de todo el país.

Por ello hay que leer La democracia en tinieblas (cal y arena 2022), donde se compilan una serie de ensayos en los que se muestran los desafíos y las tensiones que se están enfrentando.

Y que no irán sino arreciando, sobre todo ahora que iniciará la discusión sobre una propuesta de Reforma Electoral, enviada a la Cámara de Diputados por el Poder Ejecutivo, y que tiene por objetivo desmontar todo lo que se construyó a lo largo de las últimas tres décadas.

Escribe Woldenberg: “creo que no exagero si digo que al presidente le gustaría encabezar una presidencia no ceñida a la ley, concentradora del poder del Estado y además inescrutable.

“Es decir, un hiperpresidencialismo sin contrapesos. Y eso tiene nombre: autoritarismo”.

Las tinieblas y la democracia

Woldenberg se pregunta si esto en realidad se puede conseguir y señala que dependerá de lo que resiste, es decir, del entramado institucional que genera los pesos y contrapesos que requieren las sociedades de derechos y donde es una pieza central el INE.

Para nada es casual que ahí se concentren buena parte de los esfuerzos destructivos de la 4T y de su propaganda negativa.

“Contamos con normas e instituciones derivadas de un esquema democrático y el ejercicio de las libertades se ha ensanchado en las últimas décadas.

“Son, junto con una sociedad diferenciada, masiva, plural, que no desea encuadrarse bajo el manto de un solo partido, ideología o persona, las reservas para que lo mucho o poco de lo construido en términos democráticos no vaya a ser destruido”.

En efecto, el presidente y su coalición de partidos no están solos en el escenario.

Por ello, “la tensión entre democracia y autoritarismo no está resuelta”.

Woldenberg pondera los resultados de la elección del 2021 como un aliciente, una pincelada de esperanza para el futuro próximo.

La democracia en tinieblas es un texto que clarifica, preocupa, pero a la vez plantea posibilidades de que las cosas no tengan que terminar en el deterioro y la degradación en materia política.

Es, además, una guía de lecturas, de libros que hay que tener presentes en estos momentos para embarnecer la reflexión y, sobre todo, para entender todo lo que está en juego.

Por eso Woldenberg anima a una búsqueda intelectual permanente, encontrando la actualidad de Pablo González Casanova, la constancia de Enrique Krauze, la tarea esclarecedora de Lorenzo Córdova, la pedagogía de Gilberto Guevara Niebla o la pertinencia de Ignacio Marván y su memoria puntual sobre los constituyentes de 1917.

Sí, las tinieblas están en el horizonte, pero aún es tiempo de despajarlas.

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