El Congreso de la Ciudad de México va instalar su tercera legislatura este domingo 1 de septiembre.
Las dos primeras legislaturas han sido de bajo nivel legislativo y nocivas para los capitalinos.
La primera legislatura, de la cual se esperaba mucho al ser la que tendría que dar forma a la Constitución, se enredó en pleitos tribales de Morena.
Desde la Jefatura de Gobierno se intervino para definir la coordinación de Ricardo Ruiz y la revuelta con José Luis Rodríguez terminó en una bancada dividida y poco productiva.
No fue muy notorio porque en la Jefatura de Gobierno no existió una agenda ni legislativa ni política y por encima les pasó la pandemia.
Y fue nociva porque se empezó a desmantelar la Carta Magna local con cambios como el pasar de una Fiscalía autónoma a una Fiscalía en manos del Poder Ejecutivo.
Todo su ordenamiento territorial quedó en el aire al igual que el sistema anticorrupción.
Luego vino el descalabro electoral de 2021 para el partido en el gobierno y el Congreso capitalino se reajustó con una oposición más fuerte en la segunda legislatura.
La bancada de Morena se asentó con las fuerzas ordenadas en grupos de Martí Batres y Clara Brugada con contrapesos alineados a Rodríguez.
Sin embargo, la segunda legislatura tuvo luces y sombras e incluso fue convulsa con la investigación judicial contra el coordinador del PAN Christian Von Roerich, quien luego de estar prófugo fue capturado y sigue en prisión.
Desde entonces, el PAN solo fue reactivo aunque con alguna estrategias eficaces dirigidas por el panista Federico Döring, quien asumió el mando.
Se frenaron temas como la reelección de Ernestina Godoy, sin embargo, todo siguió sin una agenda constructiva por la elección presidencial y local.
Tres años de sombrerazos, sin sustancia y que en un mes de manera extraordinaria se puso a trabajar pero en temas exclusivos de la agenda del Jefe de Gobierno sustituto.
Una de sus grandes reformas fue la cláusula de la vida eterna a los partidos políticos que concluyó en la tan famosa sobrerrepresentación, aunque la oposición fue coautora de esa treta. y Los aniquilaron con su propio veneno.
Para este 1 de septiembre con la llegada de la tercera legislatura se prevé un ánimo distinto porque la Jefa de Gobierno electa Clara Brugada trae una agenda política y legislativa.
Alejandro Encinas, arquitecto de la Constitución local, influirá en el desarrollo de la agenda y Morena ha mantenido su unidad con Xóchitl Bravo, quien ha articulado bien al bloque mayoritario de la 4T.
Y ese bloque va a llegar con perfiles experimentados como el de Ernesto Villarreal, quien fue designado coordinador del PT, un hombre conocedor de la ciudad y de diálogo.
La oposición se reduce a la fuerza del PAN que tendrá a Andrés Atayde a la cabeza y se perfilan para trabajar de manera menos estridente a fin de buscar soluciones a los problemas y que sean los electores los que juzguen los yerros que se cometan.
Habrá actores nuevos y se comienza con la esperanza de rediseñar la CDMX volteando a ver a la Constitución de vanguardia que se ha convertido en la más grande utopía de la izquierda y de los capitalinos.
NOCAUT.
El sector inmobiliario de la Ciudad de México se ha puesto a temblar con la creación de la Secretaría de Vivienda que creará Clara Brugada.
Si el Estado se impone en el negocio más jugoso de la capital del país se va a trastocar la economía que requiere ir en crecimiento. Será un tema a tratar con pinzas.