La marcha por la CDMX

Luis Eduardo Velázquez Director del diario y semanario digital Capital CDMX

La Ciudad de México está cansada de lo que se conoce como izquierda.

Es difícil hablar en estos tiempos de derecha e izquierda porque los bloques están invertidos y enredados.

Pero si nos atenemos al concepto original de la Revolución francesa en 1789, los hombres de izquierda eran quienes estaban contra el Rey.

Hoy de lado del presidente Andrés Manuel López Obrador, que funge con desplantes de Rey, tiene a su lado a los que se dicen de izquierda.

Es la misma clase política que ha gobernado la CDMX desde 1997. Con sus virtudes y sus defectos.

Luego de la política social de López Obrador, Marcelo Ebrard le cambió el rostro y siguieron los avances con Miguel Ángel Mancera, pero se fue oscureciendo el horizonte.

En 2021 con Claudia Sheinbaum se notó en las urnas la penumbra para esa izquierda. La mayoría de los ciudadanos salió a rechazarlos en las elecciones del 5 de junio.

En la 4T, los que se asumen de izquierda, se desconcertaron. Se señalaron entre ellos, repartieron culpas y acusaron de traidor a Ricardo Monreal.

La marcha por la CDMX

Lo que no observaron es que ya tomaba forma la organización ciudadana y empezaba la marcha por la CDMX por el cansancio de gobiernos que emanan de la “izquierda” y gobiernan como la derecha.

Los mismos gobernantes que con el poder envilecen y ahora hasta les causa escozor ver las movilizaciones en la CDMX por la defensa de la democracia.

El domingo pasado en esa marcha nacional, la CDMX se pintó de rosa con decenas de miles de asistentes al llamado a defender al INE. No hubo acarreo.

Sin embargo, de fondo la protesta tenía un mensaje claro de rechazo a López Obrador y Sheinbaum, la encargada de gobernar la CDMX.

Esa masa que desbordó el corazón de la capital del país de manera pacífica es la que ya está organizada y decidida a que la CDMX de un golpe de timón y cierre su ciclo con la izquierda.

Como oferta, para bien de los capitalinos, se ha abierto una coalición progresista con visión socialdemócrata que tiene rostros jóvenes como el de Santiago Taboada, quien hoy rinde su informe de gobierno en Benito Juárez, y mujeres como Alfa González o Lía Limón.

No es la izquierda radical ni la ultraderecha. Es el equilibrio que forja la mejor democracia.

La CDMX se distanció de la izquierda porque sus actores se extraviaron. Hoy están de lado del populismo de derecha y no se han dado cuenta.

Como dice el sociólogo Roger Bartra “la cuarta transformación no es sino un retroceso a una etapa de nuestra historia política que parecía ya superada, con todos los riesgos políticos, económicos y sociales que esto implica”.

La ciudadanía ya despertó y dio un avance en 2021, tras la marcha por la democracia ya no hay marcha atrás rumbo al 2024 y la CDMX refrendará su convicción de rechazo al autoritarismo.

NOCAUT.

Morena en el Congreso de la CDMX demostró su tentación autoritaria al sembrar una iniciativa de ley para reelegir a López Obrador.

Fue un amago tras la marcha por la democracia, pero no entienden que son acciones que hunden más su barco y desnuda su populismo de derecha.

Y mucho menos observan la decadencia del Metro, la inseguridad, la violencia e o tolerancia en los negocios de la CDMX, el aumento de la pobreza y los feminicidios en el transporte público.

¡Abrazos, no periodicazos!

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