Jesús Hernández Alcocer compraba al sistema judicial

Por influencias con altos funcionarios, corrompía y extorsionaba a jueces, abogados, magistrados o jurado mientras fungió como "abogado"

Jesús Hernández Alcocer compraba al sistema judicial. La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México (CDMX) buscará vincular a proceso por el delito de feminicidio a Jesús Hernández Alcocer, abogado de 79 años. Lamentablemente, el acusado conoce a la perfección el Poder Judicial capitalino; es amigo de altos funcionarios del gobierno federal y durante décadas hizo “acuerdos” con jueces y magistrados.

Hernández Alcocer, en esta ocasión, está acusado por la Fiscalía Especializada de Investigación del Delito de Feminicidio, de asesinar a su esposa Yrma Lydya Gamboa, cantante de regional mexicano de 21 años. Este hecho sucedió hace una semana en el restaurante Suntory, de la colonia Del Valle. El marido le disparó en tres ocasiones con un arma de fuego.

El hombre de 79 años es conocido en el gremio por corromper a jueces, para lograr sentencias y resoluciones favorables.

“Es un gestor oficioso que actúa tras bambalinas”, aseguraron algunos penalistas que lo conocen y aseguraron que nunca lo han visto litigar.

Este jueves a las 14:00 horas se llevará a cabo la continuación de su audiencia inicial. El Ministerio Público buscará que el juez de control abra proceso penal por feminicidio contra Hernández Alcocer. Su defensa argumentó, que su cliente no cometió tal delito.

Jesús Hernández Alcocer compraba al sistema judicial

Alberto Woolrich, presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, esperaba que fallasen a favor y se le vincule a proceso. Aseguró que incluso con las relaciones e influencias que tiene el imputado, no alcanza a evadir los cargos.

“La ley es mucho más poderosa que las conexiones de índole político, de índole amistoso, que pudiera tener el señor Hernández Alcocer. Entonces, confiamos en la ley”, consideró.

“Sería realmente escandaloso y hasta delictivo, que alguien siendo autoridad, intercediera por él, para generar mejores condiciones procesales. Eso sería un delito, tráfico de influencia, contra la administración de justicia, por eso es muy importante que estemos al pendiente de la secuela procesal de este terrible feminicidio”, expuso el penalista Gabriel Regino.

En la audiencia de este jueves no se discutirá la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, dictada el domingo pasado a Hernández Alcocer. El abogado Regino explicó que en caso de que se buscase esa decisión, la defensa legal del imputado deberá solicitar una nueva diligencia. Sin embargo, cree que será difícil que le otorguen este beneficio; ya que, al momento de su detención, intentó sobornar a los elementos de la policía capitalina para que lo liberaran.

“Sumamente complicado, por la personalidad de que se trata, en el sentido de que ha hecho un ofrecimiento ilícito de dinero a los policías aprehensores, para poder evitar su presentación ante las autoridades. En esta situación de cohecho, que posiblemente también sea motivo de una acusación por parte de la Fiscalía, pues pone antecedentes al juez de cuál es la conducta que esta persona podría asumir, una vez estando en una prisión domiciliaria”, puntualizó.

“El hecho de tener más de 70 años, da el derecho, la posibilidad de pasar un proceso penal bajo esa figura del arraigo domiciliario, pero no es obligatoria, ya que la condición para que esto pueda ser así, es que no exista riesgo de fuga, que aquí, como lo hemos dicho, sí está latente y está comprobado”, destacó.

Jesús Hernández Alcocer corrompía, extorsionaba y compraba al sistema judicial

Hernández Alcocer fue un agente en la Procuraduría General de Justicia del Distrito y Territorios Federales en 1965. Nueve años después, en 1974, obtuvo el título de licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Durante años, se ostentó como abogado sin serlo. Recién en el 2017 obtuvo su cédula profesional 10700616 como licenciado en Derecho por la Universidad del Distrito Federal.

“Siempre estuvo muy conectado con el gremio político, con algunos jueces, con algunos magistrados, pero nunca se le reconoció como licenciado en Derecho. Se le reconocía como gestor oficioso en ciertos asuntos, que tenían interés relevante”, mencionó Alberto Woolrich.

Hernández Alcocer hacía el trabajo sucio de los abogados. Es decir, conectaba entre litigantes, jueces y funcionarios corruptos para llegar a acuerdos, en la oscuridad y tras bambalinas. Tuvo relaciones con las altas esferas del poder judicial capitalino, así como con el director del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez.

La abogada Jessica González Hermosillo y tres abogados más, se enfrentaron a él en un caso en el 2019. El equipo de ella llevaba un asunto de custodia de menores. Dos de los integrantes de su equipo fueron convocados al restaurante Suntory por Hernández Alcocer, y desde enconces, cometieron errores sospechosos en la defensa.

“Empiezan a ocurrir cosas, porque los abogados que eran parte del equipo cometen errores, que, al día de hoy, legalmente en la estrategia jurídica, seguimos pagando, y que ha sido muy difícil poder revertir”, mencionó.

“Era un equipo que estaba conformado por profesionistas, y de repente empezaron a cometer errores que no tenían sentido. Que ni un pasante de derecho hubiera hecho” explicó.

Hernández Alcocer evadió siempre la justicia

La abogada civil agregó que es bien sabido por todos, la influencia que tiene Hernández Alcocer en el Poder Judicial de la Ciudad de México. Por ello, hizo un llamado al magistrado Rafael Guerra, presidente del Tribunal Superior de Justicia capitalino, para que revisara todos los asuntos en los que estuvo o está involucrado Hernández Alcocer.

“Iba, venía, corrompía, eso lo sabemos todos. Es una persona que justamente se dedicaba a extorsionar abogados, jueces, magistrados, al que se dejara. No puede ser que una persona que ni siquiera era abogado, pudiera tener tal injerencia en el Poder Judicial ¿no? Y por una cuestión netamente de tráfico de influencias”, externó.

“Todos lo sabemos, sobre todo en el Poder Judicial de la Ciudad de México, y lo ha tenido desde hace muchos años, esto no es nuevo, entonces vaya, qué persona en su sano juicio se atreve a hacer lo que este hombre hizo. Qué nivel de impunidad podría haber vivido durante toda su historia, para que se pudiera atrever a lo que hizo a su esposa”, explicó.

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