Guanajuato controlado por el Cártel Jalisco Nueva Generación

Más del 50 por ciento de los municipios dentro de Guanajuato se convirtieron en territorios gobernados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). 

La disputa por el territorio del bajío parece redireccionarse después de la detención en 2020 de José Antonio Yépez Ortiz, alias «El Marro», quien fue recluido en el Penal del Altiplano, en Almoloya, Estado de México.  

Al capturar la cabeza de la organización que, hasta hace unos años, controlaba Guanajuato, el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL) se debilitó, causando la inminente llegada de otros cárteles.

Entre estos, la Unión de León, Los Viagras y el Cártel de Sinaloa son los órganos que han ganado una posición importante dentro del comercio. 

Sin embargo, el CJNG se asoma como el nuevo protagonista en la producción y tráfico de drogas dentro de la región. 

La lucha por el territorio 

El periodista David Saucedo, quien ha seguido la pista del crecimiento delictivo en Guanajuato, reveló el mapa en el que se reflejan las zonas de influencia de cada grupo delictivo.

El paisaje rural sigue controlado por las células de «El Marro», con 16 áreas de influencia. 

Pero más de la mitad, 25 de las 46 demarcaciones, fueron tomadas por el grupo liderado por Nemesio «El Mencho» Oseguera Cervantes.

Dando un total de 41 zonas controladas por el narcotráfico de los 46 municipios existentes en total. 

Más de una cuarta parte del estado se mantienen en peligro latente para sus habitantes debido a las masacres y ataques armados como resultado de la disputa intercárteles. 

Entre los 16 terrenos se encuentran Celaya, Salvatierra, Irapuato, Cortazar, Villagran y San Miguel de Allende. 

Influencia económica del narcotráfico en Guanajuato

Hace ocho años que comenzó la invasión del grupo liderado por «El Mencho» al entonces territorio del Cártel Santa Rosa de Lima. 

Así, reflejo de un trabajo acumulativo, el comercio ilegal de drogas en Guanajuato se ha desarrollado al punto de valuación de 60 millones de pesos. 

Las complejas estructuras del crimen organizado no envidian a los esquemas empresariales clásicos, por lo que la inversión también entra dentro de sus tareas principales.  

Existe un comprobado fenómeno en el que los organismos de delincuencia organizada financian a candidatos de elección popular. 

En retribución, los mandatarios defienden a las estructuras criminales de cualquier operativo de captura, favoreciendo un ambiente dócil para su desarrollo. 

No obstante, mientras se fortalece el sistema del narcotráfico, la inversión extranjera legal, se debilita. 

Las empresas decidieron emigrar de la zona debido a la inseguridad después de que el CSRL comenzara a representar una amenaza económica al cobrar derecho de piso, saquear transportes de carga y robar cajeros automáticos. 

El narcotráfico en la región no avecina un decremento ya que son diversos los factores que participan en su fortalecimiento.

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