Germán Castro Caycedo y conversaciones con Pablo Escobar

En Colombia se hace muy buen periodismo, y quien llegó a los más altos niveles de profesionalismo fue Germán Castro Caycedo y sus conversaciones.

Conoció su país, como pocos, y dejó constancia en los mil 18 programas de Enviado Especial, en innumerables crónicas y en 15 libros de investigación.

Escudriñaba los temas y las historias en todos sus recovecos y pliegues.

Para elaborar sus textos trabajaba arduo, entrevistando a todo aquel que pudiera aportar, que informara para explicar.

Tenía un acceso amplio a las fuentes, porque se lo ganó forjando un prestigio de reportero sin matices y sin dobleces.

Todos sabían que contaría las historias, pero tenían la certeza, al mismo tiempo de que Germán Castro Caycedo lo haría con los parámetros de decencia que se requieren para salir airoso de conversaciones en las mismas puertas del infierno.

Por eso supo y reveló los vericuetos del tráfico de armas, las arduas labores policiales para infiltrar a las FARC.

Y el relato del problema más grande de su tierra: la violencia.

Germán Castro Caycedo y conversaciones

Uno de los textos más interesantes es el de Operación Pablo Escobar, donde narra sus encuentros con el jefe del cártel de Medellín.

Con él se encontró en 10 ocasiones y remata con la narración de los cuatro años que empeño el Bloque de Búsqueda para dar con su paradero.

El cronista se reunía con Escobar por las noches, en alguna de las casas que tenía el capo en las montañas de de Medellín, para tener una visión que dominara el valle.

Las conversaciones iniciaban a las 10 de la noche y concluían a las cinco de la madrugada.

Porque el líder del narcotráfico en Colombia “no dormía, porque los bandidos no duermen”, explicaría Castro Caycedo en una entrevista con Dario Arizmendi en Caracol.

Para Castro Caycedo el reto más importante de sus charlas con Escobar consistió en encontrar un método que sirviera para dar cuenta de lo que sabía el capo.

Así como de las redes criminales y de las múltiples complicidades sin las que es imposible establecer negocios ilegales poderosos.

Para tener una idea, el cártel de Medellín tenía tal capacidad de fuego que el Bloque de Búsqueda alcanzó a decomisarle 2 mil 700 fusiles AK-47 y durante la persecución perdieron la vida 600 policías.

Castro Caycedo en Historias de la gente de Darío Retrepo

Castro Caycedo supo lo que tenía en las manos, aunque tardó en darle forma, como el vino que se añeja, para que alcance su punto adecuado.

Escobar alguna vez resumió aquellos días de locura y dinero con una frase:

“Yo soy todo lo que quise ser: un bandido”. Hablaba del mal, porque su vida transcurría en el mal.

Castro Caycedo murió el 15 de julio, deja un hueco que no se llenará, pero lo compensa con una de las obras más robustas y fructíferas del periodismo en el mundo.


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