Desde su hallazgo, la Fiscalía de Nuevo León (NL) no ha permitido a los familiares de la víctima de feminicidio reconocer el cuerpo de la joven.
El pasado 10 de septiembre, los restos de quien llevaba desaparecida casi un mes fueron encontrados dentro de una bolsa de plástico sobre un terreno baldío en Pesquería, NL.
Al momento, las autoridades no reconocieron los vestigios como pertenecientes a Ana Paola a pesar de las señas particulares con las que contaba la evidencia.
Un corazón y su nombre en el pecho en aquel cuerpo abandonado eran indicios evidentes para los familiares de que la ausente había sido encontrada.
Sin embargo, les elementos de seguridad se han visto tardos en las labores resolutivas del caso.
“Le enseñaron fotos de tatuajes a mi mama y dice que sí son los de ella, pero que se ven mal”, aseguró Mireya, hermana de Ana, para Capital CDMX.
Fiscalía retiene el cuerpo de víctima de feminicidio a familiares
A partir de ese punto, las autoridades no han acompañado a las víctimas colaterales del crimen.
Por una parte, no se les ha dado protección pese a que la mitad de los posibles implicados continúan prófugos.
Además, cinco días luego del descubrimiento, no se les ha permitido identificar el cuerpo aun cuando las labores periciales confirmaron que los restos pertenecían a la joven madre.
En contraposición con el feminicidio de Debanhi, Mireya contactó a Capital CDMX cuando su hermana aún se encontraba desaparecida con el fin de dar con su paradero.
Mireya buscaba propagar la noticia para presionar a las autoridades porque sabía que cada minuto cuenta.
Hoy, inmersa en un aciago relato que se repite en el discurso de cientos de familiares de mujeres asesinadas en México, pide apoyo para instar a que la autoridad se muestre más activa en las tareas que darían un cierre digno al caso.
«Me imagino que mañana ellos van a agarrar el puente. Imagínese, ellos de fiesta y nosotros con la desesperación de que ya queremos que mi hermana descanse”, lamentó.
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