Encinas admite irregularidades en investigación de Caso Ayotzinapa

El Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración y actual encargado de la investigación del Caso Ayotzinapa, Alejandro Encinas, reveló las sinuosidades dentro de la nueva verdad histórica. 

Se ha perdido entre la terracería la objetividad en la carrera por la resolución de la misteriosa desaparición de 43 personas la noche del 26 de septiembre de 2014. 

Esta es la conclusión a la que llega el lector tras concluir el reportaje del periódico The New York Times, en donde Encinas admite un actuar atropellado. 

En este, el funcionario refirió que la novel Comisión Para la Verdad del Caso Ayotzinapa confió a ojos vendados en pruebas sin sustento. 

Además de que la desorganización por la falta de confianza entre las partes responsables en la investigación privó a la fiscalía de un sospechoso clave. 

El pasado junio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que este año se llegaría a la resolución del caso que logró traspasar las barreras de la indignación local. 

Y mientras el presidente aseguraba una verdad consolidada, las tensiones internas mermaban los avances del caso. 

Ya que los investigadores no contaban con pruebas certificadas además de que los funcionarios retenían información clave por desconfianza entre las partes. 

Cronología del desastre según Encinas

Tres años después del hallazgo de los restos de dos desaparecidos, la información novedosa escaseaba. 

Una presión que el mandatario resintió al grado de apresurar a quienes se encuentran como encargados del caso. 

“¿Qué pasó? Ya informa. Nos quedan dos años de gobierno y nosotros tenemos que dar resultados y la fiscalía tiene que judicializar”, dijo a Encinas. 

Ante ello, el encargado de urdir la nueva verdad voló a Israel para reunirse con Tomás Zerón Lucio.

Quien está acusado de tortura y sembrado de evidencias en la investigación del caso durante el sexenio anterior. 

Y en enero, el país solicitó la extradición de Zerón.

Esto con el fin de que éste proveyera información sobre la ubicación de los restos, ofreciendo apoyo del presidente a cambio. 

Zerón se negó ante la petición, no obstante, nueva información llegó a manos de los investigadores: una serie de mensajes de WhatsApp avecinaban la resolución. 

En estos se dibujaba una conversación entre delincuentes, integrantes del ejército y otros funcionarios ya implicados con la desaparición. 

Estos mensajes fueron compartidos a Encinas por una sola fuente, una característica que empobrecía la fiabilidad de las pruebas. 

Igualmente presionado se sentía el fiscal general Alejandro Gertz Manero, quien urgió a su principal fiscal, Omar Gómez Trejo, para preparar una orden de aprehensión contra su antecesor Jesús Murillo Karam. 

Gómez Trejo aceptó a regañadientes al no contar con más pruebas para efectuar el fallo. 

Sin embargo, después de ser detenido, la situación de Murillo Karam fue suspendida por un juez que sancionó a los nuevos fiscales debido a un ejercicio descuidado. 

La historia entre el Gobierno de la 4T y el Caso Ayotzinapa 

Entre las promesas que marcaban la columna vertebral de la visión bajo la que se regiría la administración de López Obrador se encontraba la de la atención al cruento caso. 

El apoyo del tabasqueño hacia las familias de los desaparecidos durante su candidatura favoreció indudablemente su victoria presidencial en 2018. 

Así, una vez en el poder, los padres de los estudiantes fueron convocados a reuniones dentro del Palacio Nacional, marcando un punto de inflexión en la política mexicana.

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