Confines de la Guerra

El aislamiento en que se encuentra México es reflejo de la degradación política que padecemos a manos de nuestros gobernantes.

Grandes problemas asoman a nivel internacional sin que se analicen las consecuencias derivadas de la articulación entre diferentes crisis que caracterizan el actual panorama.

Una crisis económica y financiera, que coincide con otra energética y geopolítica.

A ellas se suma una crisis medioambiental que tiene consecuencias sobre nuestro entorno, así como sobre la seguridad alimentaria cuyos efectos están a la vista.

Se agrega otra crisis de desigualdades y precariedad que a su vez confluye con una crisis de cohesión social.

También se presenta una crisis migratoria sin precedentes que se suma a las afectaciones globales producidas por el conflicto bélico.

El riesgo concreto es que Putin haga efectivas sus amenazas de utilizar armamentos nucleares en la guerra de ocupación y despojo que lleva a cabo contra Ucrania.

La semana pasada se anexó con un “referéndum” fraudulento el 15% del territorio de ese país.

Confines de la Guerra

No se olvide que Rusia ha cometido crímenes de guerra contra poblaciones inocentes y desarmadas, que impuso una fuerte censura a la información sobre asuntos militares castigada con penas de prisión de hasta 15 años, que ha prohibido las manifestaciones pacifistas en toda Rusia, y que además ordenó un reclutamiento forzoso sobre la población civil para impulsar su guerra con la incorporación de 300 mil nuevos soldados.

A estos desafíos se agrega la crisis energética que se presenta en vísperas del invierno y que ya azota a importantes regiones del mundo.

El gas, el petróleo y la electricidad son armas formidables para la estabilidad, el crecimiento económico y el bienestar de la población.

Los sabotajes sobre los gasoductos rusos en el Mar Báltico que conectan con Europa, tendrán efectos en el abasto de gas a nivel planetario y en primer lugar sobre los precios de la energía que aumentaron 60% afectando a la sociedad.

La confrontación entre Rusia y el mundo occidental no solo ha alterado los precios y la disponibilidad de los energéticos, sino que también lleva a la parálisis de la producción industrial.

Aunado a lo anterior tenemos la crisis económica y financiera con sus secuelas de inflación cercana al 10% global, frecuente caída de las bolsas de valores, aumento de las tasas de interés a niveles no vistos en décadas, una rápida fuga de capitales hacia mercados redituables y devaluaciones monetarias.

La crisis social también se encuentra en su esplendor con niveles de pobreza y exclusión impensables.

Neofacistas

En este contexto los grupos económicamente más precarios se han convertido en la base electoral de los sistemas neofascistas que aparecen en el horizonte.

Sin embargo, la peor de las crisis está representada por el medioambiente.

La reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático estableció una agenda urgente reconociendo que el uso de combustibles fósiles es la principal fuente del calentamiento global y advirtiendo de sus funestas consecuencias sobre la población.

Esta agenda seguramente no logrará sus objetivos, puesto que algunos países que no se adhieren a tales compromisos como China y la India, ahora forman parte de una alianza que apoya la guerra de Putin.

Mientras todo esto acontece a nuestro alrededor, el gobierno de la 4T considera que nada de ello afectará a nuestro país y que “la mejor política exterior es la política interior”.

Frente al fracaso que experimenta nuestro país en diferentes ámbitos, sirve una nueva alternativa de gobierno que reinserte a México en el contexto internacional, y que lo haga del lado de quienes defienden la democracia de los múltiples peligros que la acechan.

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