Colombia, la seducción de los extremos

Colombia votó por un cambio y lo hizo en los extremos. Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.

Un líder que proviene de la lucha social y un empresario que sostiene que acabará con la corrupción.

Un ex guerrillero y un populista de derecha se mediarán el próximo 19 de junio.

Las urnas le dieron una fuerte lección a la política tradicional, al excluirla.

Probablemente estemos ya en los márgenes de lo que será una transformación profunda y que implicará entender las cosas desde otras perspectivas.

Los números lo muestran. Petro y la Coalición por el Pacto Histórico obtuvieron 8 millones 527 mil 273 apoyos; Rodolfo Hernández y la Liga de Gobernantes anti Corrupción con 5 millones 953 mil 193 sufragios, frente a los 5 millones 58 mil votos de Federico Gutiérrez de la Coalición Equipo por Colombia y los 888 mil 577 votos para Sergio Fajardo de la Coalición Centro Esperanza.

Un aspecto que no hay que perder de vista, es que el desplazamiento de Federico Gutiérrez lo es también la del uribismo.

Petro hizo una campaña apelando a la fuerza de un movimiento enraizado y con perspectivas, Hernández, por el contrario, apostó por las redes sociales, la política digital y ese acierto lo tiene cerca de la presidencia.

Colombia en la segunda vuelta 

Viene duelo interesante en el que la pregunta fundamental será si llegó la hora de que la izquierda gobierne desde la casa Nariño.

Hasta ahora ha existido una barrera, o más bien un muro de contención a esta posibilidad.

Las explicaciones son muchas, pero una de ellas proviene del conflicto interno mismo y del recuerdo y la persistencia de la violencia.

La disyuntiva es la de otorgar el poder a un empresario con poca experiencia, aunque fue alcalde de Bucaramanga (2016-2020), pero que supo plantear con claridad un tema central, la corrupción ligada a la clase política.

Los grupos conservadores y el uribismo, se alinearán con Hernández, se sienten más cómodos con el Rey del Tik Tok que con Petro y sus ideas radicales.

Pero no hay nada escrito y la resolución que el pueblo colombiano tome en las próximas semanas no está escrita en piedra.

Sería un error, sin embargo, explorar lo desconocido por el temor, muchas veces fundado, a lo que puede ocurrir si el triunfo de Petro significara endurecimiento y aún exclusión, pero no tiene que ser así.

Hernández, en cambio, recuerda a fenómenos como el de Alberto Fujimori, a experimentos que suenan atractivos, pero culminan en historias desastrosas.

Petro, por su lado, carga con los fantasmas de su propio pasado, pero también de los proyectos terribles de la izquierda, como el venezolano.

¿Qué se tiene entonces para decidir? La información sobre los aspirantes, su historia de vida, su biografía.

Ahí está, me parece, parte de una respuesta que cambiará, no solo a Colombia, sino al continente.

Imprimir artículo

Post más visitados en los últimos 7 días

Salir de la versión móvil