Banco del Bienestar… ¿para quién?

Uno de los proyectos prioritarios al inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, fue el cambio del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) por Banco del Bienestar, cuando esto pasó, el mandatario afirmó que se fortalecería la institución y se abrirían dos mil 700 nuevas sucursales.

Para ello, se anunció un plan de expansión que contemplaba la construcción y operación de mil sucursales durante 2021 y mil 700 para 2022; sin embargo, muy lejos quedó la meta gubernamental, el año pasado sólo comenzaron a operar 14 de las mil previstas.

De acuerdo al IV Informe de Gobierno de López Obrador, para fortalecer al Banco del Bienestar se estableció un plan de expansión en la red de sucursales, las cuales se pondrían en servicio en zonas rurales o de difícil acceso, como ya lo venía haciendo Bansefi.

Otro de los objetivos del plan de expansión, fue implementar nuevas tecnologías para fomentar entre los usuarios del Banco del Bienestar (la gran mayoría beneficiarios de programas sociales) servicios financieros y mejor acceso en la dispersión de estos recursos; sin embargo, tampoco esto ha ocurrido.

En 2020, la Cámara de Diputados aprobó un presupuesto de cuatro mil 212 millones de pesos para el Banco del Bienestar; en 2021, cinco mil 829 millones; en 2022, siete mil 299 millones, lo que se traduce en un monto total de 17 mil 340 millones de pesos.

Banco del Bienestar… ¿para quién?

Según la Secretaría de Hacienda, de 2020 al segundo trimestre de 2022, el Banco del Bienestar ha gastado 21 mil 316 millones de pesos; es decir, un sobre ejercicio de tres mil 976 millones de pesos; que no se reflejan en la tan cacareada expansión de sucursales.

La misma Secretaría de Hacienda, detalla que en 2020 el Banco del Bienestar contaba con una plantilla laboral de mil 511 personas, por lo que al rubro de salarios se destinó un monto de 734 millones de pesos.

Ahora bien, para 2023 en el paquete económico propuesto para ese año, se están destinando dos mil 958 millones de pesos para salarios, es decir,  en  tan solo tres años, este rubro se incrementó en más del 300 por ciento.

En contraste, la plantilla de personal registra bajas ante una serie de despidos injustificados que han denunciado los trabajadores del banco.

Esta institución no es ajena a la corrupción que tanto dice combatir el presidente; pues el cambio de tres directores en un periodo de tres años, es una mala señal; además de las irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación en la compra de cajeros automáticos y software que no funcionó.

En resumen, el Banco del Bienestar, es un barril sin fondo, que no ha cumplido con sus metas, presenta saldos negativos en su operación, y por ello la pregunta es: ¿Bienestar para quién?

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