Autoridades capitalinas y directivos de la Fundación Fibra Uno -cuya rama constructora edificó la Torre Mítikah-, presumieron hoy la puesta en marcha de un nuevo Centro de Salud en el gentrificado Pueblo de Xoco.
La propia Secretaría de Salud (Sedesa) de la Ciudad destacó en un comunicado el trabajo conjunto de la Fundación Fibra Uno, la Sociedad de Autores y Compositores Mexicanos (SACM), la Secretaría del Medio Ambiente, así como con las y los vecinos del Pueblo de Xoco.
“Este es el resultado de cinco años de trabajar todos en conjunto: la comunidad, las autoridades y el sector privado”, señaló la directora de la Fundación Fibra Uno, Ana Karen Mora.
Por su parte, el director general de la SACM, Roberto Cantoral Zucchi, recordó que fue esta institución la que donó el predio para la construcción del Centro de Salud.
Destacaron que este Centro de Salud cuenta con tres pisos y pasó de 147 metros cuadrado originalmente a 352 metros cuadrados.
DESMIENTEN
Pero la Secretaría de Salud capitalina tardó más en promover esta inauguración del Centro de Salud T/1 Xoco, que los vecinos en quejarse por la exclusión.
De entrada, expusieron que durante su discurso de apertura, la titular de la Sedesa, Oliva López, mencionó que la SACM donó el terreno para la construcción de dicho centro de salud.
“Eso es mentira, pues el predio está bajo Contrato de Comodato entre Compositores y la Secretaría de Salud, por 25 años y hasta la fecha
no ha aceptado hacer la donación”, argumentaron los habitantes del pueblo de Xoco en un comunicado.
Dijeron que las autoridades no tomaron en cuenta al pueblo, ya que en ningún momento les hicieron la invitación a este acto, ni a las representaciones Asamblea Ciudadana del Pueblo de Xoco, ni a los integrantes de la Copaco.
Detallaron que días antes de esta apertura se presentó en el pueblo personal de Sedesa para crear un Comité de representación del
Centro de Salud, donde las representantes fueron elegidas por el pueblo y ni ellas fueron convocadas a participar en la inauguración.
Dejaron entrever que la exclusión vecinal obedeció a un intento de la autoridad por evitar las manifestaciones de rechazar los vecinos al proyecto de Mítikah, por el daño que ha causado a la comunidad, como la tala de árboles y la entrega de la calle Real de Mayorazgo a ese plan inmobiliario.
A pesar de no estar invitados, un grupo de habitantes logró estar presentes en el evento y desplegaron una pancarta en la cual se leían denuncian como “fuera Mítikah” o “desplazados”.
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