Principios de la Constitución moderna

Ciudad de México.- Los principios constitucionales hacen referencia al programa político de la democracia y responden a un ideal de Constitución. Son principios fundamentales que garantizan los derechos de libertad y autodeterminación democrática del pueblo.   

Recordar estos principios resulta relevante porque el Pleno de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México inicia hoy la discusión, artículo por artículo, de la nueva Constitución Política que deberá estar lista para el 31 de enero de 2017.

Será un gran debate de ideas, propuestas y concepciones acerca de la aplicación e interpretación de los derechos humanos, sobre la ciudad incluyente y garantista que necesitamos, así como de las libertades públicas de sus habitantes, además de los ámbitos, procesos, instituciones y desarrollos democráticos que son posibles en los distintos espacios que caracterizan nuestra vida en esta metrópoli.

La importancia de contar con un ordenamiento constitucional social y democrático, radica en la necesidad de establecer un sistema de derechos y garantías para los ciudadanos, en un contexto en el que es urgente atender las necesidades de una de las metrópolis más dinámicas del mundo.

Si se le considera un país, la Ciudad de México ocuparía el lugar veintiséis entre las naciones más ricas del planeta. Si se pondera por su Producto Interno Bruto resulta ser la octava metrópoli más rica del mundo. Su crecimiento, en todos los sentidos, es uno de los más veloces y se espera que su economía se triplique en los próximos años.

Ella representa el núcleo urbano más grande de México, así como su principal centro político, económico, financiero y cultural, a pesar de ser la entidad territorialmente más pequeña. Es la economía más grande de nuestro país porque contribuye con el mayor porcentaje del PIB, tres veces más que el resto de las entidades federativas.

Si incorporamos los municipios conurbados su población se incrementa a 21 millones, siendo la segunda urbe del planeta por número de habitantes, sólo precedida por Tokio con una población de 36 millones.

Su zona metropolitana es la tercera aglomeración urbana más grande del mundo, la más importante del continente americano y la ciudad hispano-hablante más poblada de la tierra.

Sin embargo, en esta metrópoli de apenas 1,495 kilómetros cuadrados, que representan 0.1 por ciento del territorio nacional, aún conviven distintas problemáticas que es necesario atender: pobreza y opulencia; estructuras burocráticas anquilosadas con instituciones de vanguardia; participación ciudadana con apatía política; así como distintas formas de exclusión y discriminación que permean al conjunto social.

En este contexto, la Ciudad de México puede impulsar sus procesos de democratización, no solamente en torno a la forma de gobierno, sino también en función de los diseños institucionales que se requieren para atender las crecientes necesidades de sus habitantes. Estas innovaciones organizativas buscan acortar la distancia entre autoridades y ciudadanos.

La Constitución democrática parte del principio del estado de derecho como un conjunto de normas y garantías inviolables que corresponden al ciudadano y que la autoridad está obligada a tutelar. El ordenamiento que vendrá deberá establecer un sistema de principios jurídicos que haga efectivo el vínculo entre derechos fundamentales y democracia constitucional.

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@isidrohcisneros

agitadoresdeideas.com

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