La ira presidencial

Ciudad de México.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reaccionó como era esperado después de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) diera a conocer los resultados de la cuenta pública de 2019, en donde se detectaron probables irregularidades por 67 mil 498 millones de pesos.

Descalificar y salir con la cantaleta de siempre: “Yo tengo otros datos”. Es su manera de desviar la atención. 

Aseguró que su gobierno informará sobre sus “otros datos”; sin embargo, el tabasqueño suele prometer mucho y cumplir poco o nada.

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Así ha sido con el avión presidencial, del cual ha dicho en varias ocasiones que hay compradores casi seguros; cuando indicó que darían a conocer la corrupción que según él existía en los fideicomisos desaparecidos por órdenes suyas, y las muchas veces que aseguró se había “domado” la pandemia.

Las mentiras, las descalificaciones, los linchamientos y la ironía que utiliza cuando la información le es adversa son signo de su gobierno. Pero por más incómodo que sea, la ASF no exagera ni miente. 

Hay irregularidades en el gasto público ejercido en el primer año de su administración y la Secretaría de la Función Pública obstaculizó, poniendo como pretexto a la pandemia, el trabajo del órgano fiscalizador.

Como siempre, López Obrador politizó el informe de la Auditoría al señalar que “le están dando mal la información a nuestros adversarios y yo creo que no deben prestarse a esas campañas”.

Las cosas no le están saliendo bien al Presidente. Al informe de la ASF hay que sumarle la defensa que ha hecho del candidato de su partido, Morena, al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, acusado de violación.

Y ahí viene el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. El tema de género es el talón de Aquiles del presidente por su machismo y misoginia.

Todo esto ha ocasionado la ira presidencial. El tabasqueño se encuentra en uno de los peores momentos por su arrogancia de no aceptar los errores de su gobierno.

Ayer lo dijimos en este espacio. La ASF se convertirá en el próximo objetivo de Palacio Nacional contra la que ya empezó el linchamiento mediático.

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